Hay muchas teorías que intentan justificar el nombre de la Puerta del Sol, pero una de ellas tiene mucha más fuerza que el resto. Descubrimos que hubo una pequeña puerta que estaba situada mirando al este, de tal manera que el sol creaba un relieve en ella que hacía que se reflejara por toda la plaza.
Hoy no queda nada ningún resto de aquel postigo, pero sí sabemos el significado que tenían antiguamente las puertas de las ciudades. Normalmente, era cuestión de un tema defensivo militar, aunque hoy podemos conocer que también tenía parte de cuestión de higiene.
Cuando se cerraban las puertas se intentaban controlar las epidemias con el fin de no contagiar a las defensas. Aun así, las puertas de las ciudades no eran recintos cerrados, pero sí estaban muy controladas mediante guardias que se aseguraban de cobrar el portazgo, el impuesto del tránsito de personas y mercancías a todo el que quisiera pasar por ella.