¿Cómo es la central térmica de la Ciudad Universitaria, declarada BIC?

¿Cómo es la central térmica de la Ciudad Universitaria, declarada BIC?

Hacemos repaso por la historia de este emblema de la arquitectura racionalista con Ramón Andrada, vocal de Patrimonio de la Junta de Gobierno del COAM.

En la sección Madrid mazo guapo que Nieves Ortiz tiene en el Buenos Días Madrid que presenta Ely del Valle, nos fijamos en un edificio bastante desconocido para muchos pero de gran importancia arquitectónica.

Tanto que la semana pasada el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó declararlo como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Sitio Industrial. Hablamos de la Central Térmica de la Ciudad Universitaria, un referente del estilo racionalista creado para distribuir el calor por los edificios universitarios mediante conducciones.

La Comunidad de Madrid declara BIC la Central Térmica de la Ciudad Universitaria
La Comunidad de Madrid declara BIC la Central Térmica de la Ciudad Universitaria
La Comunidad de Madrid declara BIC la Central Térmica de la Ciudad Universitaria

La Comunidad de Madrid declara BIC la Central Térmica de la Ciudad Universitaria

Con la ayuda de Ramón Andrada, vocal de Patrimonio de la Junta de Gobierno del COAM, el colegio de arquitectos de Madrid, institución impulsora de esta protección, hemos repasado la historia de un inmueble que fue todo un referente en Europa.

Está Ubicado en el número 7 de la Avenida de Gregorio del Amo, cerca del CENIM y del Real Jardín Botánico Alfonso XIII. La central fue construida en 1932 por el arquitecto Manuel Sánchez Arcas y el ingeniero Eduardo Torroja Miret, dos personalidades importantísimas en la arquitectura española.

Formaba parte del proyecto de Ciudad Universitaria en Madrid impulsado por el rey Alfonso XIII y fue construida influenciada por edificios como la Power House de Harvard o la Heating Plant de Berkeley de EEUU.

Representó un gran avance industrial en su momento, con planteamientos totalmente avanzados y distintos a los que se desarrollaban en Europa y que ha servido de modelo para construcciones en todo el mundo.

El edificio no llama mucho la atención. Su exterior está revestido de ladrillo rojo y tiene cubierta plana, con ventanales en bandas horizontales. Son dos volúmenes que en origen hacían una L y que tras varias remodelaciones ahora tiene forma de T.

Pionero por su concepción industrial y arquitectónica, el edificio recibió también el Premio Nacional de Arquitectura en 1932, año de su construcción.