Desde que comenzó la crisis el número de solicitudes de los llamados “créditos exprés”, o microcréditos, se ha multiplicado en nuestro país. Rapidez y sencillez es lo que nos ofrecen. Con sólo una llamada de teléfono y en apenas unas horas podemos tener a nuestra disposición esa cantidad de dinero que necesitamos para reponernos de los excesos de las vacaciones o de los gastos extraordinarios que tenemos en septiembre con el inicio del curso.
Sin embargo, como dice el refrán, “nadie da duros a pesetas”. Los expertos advierten del peligro que conllevan este tipo de créditos. Gastos por estudio y apertura del crédito, o intereses de la deuda que pueden alcanzar hasta un tres mil por ciento en un año, son sólo algunas de las condiciones que se incluyen en los contratos. Por eso los expertos advierten de la necesidad de leer atentamente todas las cláusulas del contrato antes de firmarlo y denunciar aquellas que puedan parecernos abusivas.