Nunca salimos de casa sin el móvil. Tampoco nos separamos de el teléfono en el resto del día. Lo usamos como cámara de fotos, como gps, para comprar... No nos desprendemos de este aparatito ni en sueños... Literalmente.
Los móviles han conquistado la mesilla de noche y eso, según los médicos, puede afectar al sueño ya que dormir mal continuadamente acarrea problemas de atención, concentración o incluso depresión.