‘Sharenting’: qué es y por qué un perfil privado sigue sin ser seguro

  • Los expertos recalcan los riesgos de subir imágenes de los hijos a Internet, piden que se proteja su huella digital
  • El 81% de los niños tiene presencia en internet antes de cumplir los seis meses
Redes sociales
Redes sociales |Europa Press

Las redes sociales no solo han llegado para exponer nuestras vidas de adultos. Desde la ecografía, el parto, los cumpleaños y accidentes, los niños también comienzan a desarrollar su huella digital desde incluso antes de nacer a través del contenido que suben sus padres.

Es lo que se conoce como ‘sharenting’, que proviene de ‘share’ (compartir) y ‘parenting’ (paternidad). La acción de compartir datos de los hijos a través de Internet, como su nombre, edad, familia, colegio, forma de vestir y hasta cómo son sus berrinches. Además de entrañar peligros por exponerlo a que sus imágenes sean robadas, también entraña un debate ético de si la falta de consentimiento, por edad o desconocimiento, escapa al control de los menores.

“El 81% de los niños tiene presencia en internet antes de cumplir los seis meses”, afirma Vanesa de la Cruz, psicóloga educativa. Los datos son recogidos en un estudio de la empresa de seguridad informática AVG. La Universidad de Michigan, por su parte, expone que el 56% de los padres considera que hay quienes comparten contenido que podría ser vergonzoso para sus hijos.

“Dónde está el límite al proteger el honor y la integridad de nuestros hijos al publicar. Aunque no nos lo parezca, las imágenes pueden acabar saliendo de nuestro perfil privado. Hay que informarse siempre sobre las políticas de prevención y el uso de los datos que tiene la red social”.

De la Cruz trabaja para la Fundación Fad Juventud, que coordina el proyecto Educación Conectada, que forma a las familias en educación digital.

Contenido libre para los agresores sexuales de menores

No solo se trata de la falta de privacidad de los menores. Según la Universidad de Valencia, el 72% del material que tenían los agresores sexuales de menores condenados eran fotografías sacadas de álbumes comerciales o álbumes familiares, fotos de niños, total o parcialmente desnudos, pero que estaban en situaciones cotidianas sacadas de las redes sociales.