Muchos conoceran el refrán: por San Blas la cigüeña verás, porque era en estas fechas cuando estas aves migratorias podrían regresar tras pasar los meses de invierno en zonas cálidas.
Hemos dicho "era", porque cada vez es más frecuente que las cigueñas no emigren.
Esto es porque tienen garantizada la comida en los vertederos, aunque esto puede convertirse en una trampa mortal.
SEO/BirdLife alertó de que el crecimiento de los vertederos periurbanos está modificando la migración de las cigüeñas y haciendo que basen su dieta en la comida que encuentran en la basura.
La ONG, a través de su programa Migra , ha realizado el seguimiento de más de 50 cigüeñas blancas a través de dispositivos GPS. Los datos han revelado que un número creciente de cigüeñas decide no cruzar el Estrecho en los meses más fríos.
Asimismo, explica que el fácil acceso a la comida en los vertederos es el principal motivo por el que las cigüeñas blancas permanecen durante todo el año en la Península.
Este hecho ha permitido la recuperación de la especie pero, a su vez, modifica sus pautas migratorias y los elementos tóxicos de la basura inciden en la salud de las aves.
Actualmente, el 75% de su dieta proviene de la basura, cuando antes solo era el 2%.
Según la organización conservacionista, estos vertederos en los años ochenta fueron fundamentales para su recuperación, pero ahora ponen en riesgo su salud. Si se cumple con la normativa europea, la desaparición de basura al aire libre puede impactar a corto plazo en el número de ejemplares pero también puede devolver a las cigüeñas a su estado de migración natural.
Las cigüeñas blancas están protegidas por la legislación nacional y europea, forman parte del patrimonio natural y por ello "merecen convivir con el patrimonio histórico", por lo que el responsable de especies amenazadas de SEO/BirdLife, Nicolás López, alertó de que "darles muerte, molestarles o destruir sus nidos puede llegar a ser delito".