La nueva Selectividad arranca este martes

  • Casi 31.000 alumnos madrileños afrontan este año la nueva selectividad
  • Cambia de nombre pero conserva unas características similares a la anterior

La Evaluación de Bachillerato de Acceso a la Universidad (EBAU), sustituta de la llamada Selectividad o Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), da comienzo en Madrid este martes con 30.970 alumnos en las seis universidades públicas de la región.

Entre los alumnos que realizarán la prueba, 10.416 lo harán en la Universidad Complutense; 8.727, en la Autónoma; 3.955, en la Carlos III; 3.744, en la Universidad de Alcalá de Henares; 2.915, en la Universidad Rey Juan Carlos, y 1.213 se examinarán en la Politécnica.

Los exámenes se celebrarán el martes, el miércoles y el jueves en el distrito único de Madrid, en horario de mañana y tarde, mientras que el viernes se harán las pruebas de materias coincidentes.

El resultado final se recogerá en la Calificación de Acceso a la Universidad (CAU) y se podrán consultar a partir de las 12.00 horas del 16 de junio.

El consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Rafael van Grieken, ha recomendado hoy "tranquilidad" para todos los alumnos que a partir de este martes se enfrentan en la región a la nueva selectividad, ya que "los porcentajes de aprobados son bastantes altos, por encima del 90%".

Van Grieken, que ha presentado en la Escuela Simone Ortega de Móstoles un nuevo programa de FP Dual, ha destacado que la llamada Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) "tienen unas características muy parecidas del sistema anterior", por lo que "los chavales no tienen por que preocuparse".

"Hay una serie de materias obligatorias de las que se van a examinar y una serie de materias optativas que les pueden ayudar a subir nota, con una sistemática muy parecida a la que se ha llevado a cabo hasta este momento", ha insistido el consejero, quien ha rechazado las críticas por ese alto porcentaje de aprobados.

"Si estando dos años de bachillerato preparándose para esa prueba el porcentaje fuera bajo, eso si que no tendría sentido ni para la administración, ni para los profesores ni para los alumnos", ha resaltado Van Grieken, quien reitera que "si los chavales se han preparado en condiciones, lo normal es que acaben superándola".

La nueva prueba constará de un bloque obligatorio, en el que los estudiantes tendrán que examinarse de las materias troncales generales, y de una fase voluntaria que les permite subir nota, realizando materias de opción y modalidad.

La fase general obligatoria incluye cuatro exámenes: Lengua castellana y Literatura; Lengua extranjera (a elegir entre cinco idiomas); Historia de España o Filosofía (a elegir), y una materia a elegir de las modalidades de Artes, Ciencia y Tecnología, y Humanidades y Ciencias Sociales.

Esta fase, cuya nota tiene validez indefinida, computa en un 40 % de la nota final y la media de Bachillerato el otro 60%.

La fase específica voluntaria, a la que se presentan para subir nota quienes optan a los estudios más demandados, consta de un máximo de cuatro exámenes sobre materias de la rama que quiere cursar el alumno, y se tendrán en cuenta las dos mejores notas cosechadas.

Al computar esta fase, cuyas calificaciones caducan a los dos años, la nota máxima de un alumno asciende a 14.

El nuevo modelo de selectividad, solo obligatoria para quienes quieran entrar en la educación superior, conserva unas características similares al sistema anterior y mantiene el distrito único universitario -la nota vale por igual en toda España- como demandan alumnos y rectores.

No será necesario superarla para obtener previamente el título de Bachiller, como establecía la Lomce inicialmente, siendo ministro José Ignacio Wert.

La evaluación se considerará superada con una media de 4 o más y la nota de acceso a la universidad deberá ser un 5 como mínimo, ponderando un 40 % la calificación de la prueba y un 60 % la final de Bachillerato.

Miralles aconseja -según señala el CEU en una nota- que el día del examen se desayune bien, se llegue con tiempo y se lleve agua y algo sólido por si la prueba o el tiempo de espera se alarga.

Se debe evitar un repaso en profundidad; no comentar el temario con compañeros; evitar hablar quien esté muy nervioso; y, en caso de nervios, usar técnicas de relajación y respirar con el abdomen.

Durante la realización de la prueba se aconseja leer todas las preguntas, y si alguna no se entiende bien, consultar al examinador.

Comenzar por la pregunta que mejor se sepa, pues se aumenta la seguridad y el cerebro irá buscando las respuestas al resto de preguntas.

Controlar en todo momento el tiempo que resta de prueba y, si es posible, repasarla.

Si el alumno se queda en blanco, Miralles sugiere escribir en un folio diez palabras que empiecen por la misma letra para desconectar un momento del examen.

Por último, se debe celebrar el final del examen, según este profesor de Psicología, que ha recordado que "lo peor que puede pasar" es suspender y en dos meses volver a intentarlo.