Allá por lor años 60, las calles y los parques de los pueblos y las ciudades eran el escenario de un juego muy popular: las carreras de chapas.
Los madrileños han viajado al pasado en el Espacio Kalandraka. Un regreso a la infancia de nuestros abuelos y abuelas, para compartir con ellos aquellos momentos de emoción, con juguetes sencillos y semi-artesanales.
Entonces, las chapas de las botellas de refrescos se reutilizaban para convertirlas en improvisados bólidos de un circuito que trazaban en la arena, o marcaban con yeso en la acera. Las chapas se rellenaban con masilla o plastilina, y se decoraban con un dibujo que luego cubrían con una tira de plástico. Ganaba quien era más hábil para hacerla llegar a la meta en primer lugar, impulsándola a base de pequeños y precisos toques con los dedos.
Además, durante este mes y hasta el 15 de junio, la sala de exposiciones del Espacio Kalandraka acoge una muestra de las instalaciones artísticas del diseñador Juan Vidaurre para el álbum Imagina animales.