Los tics nerviosos son frecuentes en la infancia, sobre todo entre los niños más tímidos. Pese a que su presencia puede preocupar a los padres, en la mayoría de casos desaparece sin precisar tratamiento.
Un problema que sufre el 15 por ciento de los niños de entre 6 y 12 años. La mayoría de tics nerviosos remiten de forma espontánea antes de llegar a la adolescencia sin llegar a requerir ningún tratamiento.
Por ello, la recomendación general sobre cómo actuar ante la aparición de un tic nervioso en el caso de que lo padezca un hijo es “no hacerle caso”, ya que insistir al niño en que deje de hacerlo puede intensificar su angustia y empeorar el problema.
El castigo por parte de los padres o profesores no lleva a ningún lado, sino que puede conducir a un círculo vicioso difícil de solucionar. Se ha comprobado que cuanta menos importancia se le dé al tic, más pronto desaparecerá, en un periodo que varía entre unos meses y un año.
Si el niño pregunta qué puede hacer, los padres deberían tranquilizarle y minimizar el problema. Por ello, algunas pautas de actuación ante un niño que presenta un tic son:
Evitar en la medida de lo posible las situaciones estresantes, analizar en qué situaciones se intensifica el tic y tratar de evitarlas, fortalecer su autoestima y premiar las cosas que hace bien, intentar restarles presión, especialmente en los niños muy perfeccionistas, y no sobrecargarle con actividades extraescolares.
De ello hablamos con Luis Pedreira Massa y Carlos González Navajas psiquiatras infantiles del Hospital La Luz.
En la mayoría de los casos no es necesario acudir al pediatra, ya que el hecho en sí mismo de considerarlo como un problema a ojos del niño puede hacer que su tic o tics empeoren. Sin embargo, en algunas situaciones será necesario consultar con un especialista. Por ejemplo si el tic persiste durante más de un año, se vuelve más intenso o frecuente o llega a imposibilitar sus tareas cotidianas.
También si afecta a su rendimiento escolar o a sus relaciones con amigos y compañeros, ya que puede dar lugar a un trastorno depresivo de la infancia.
De ello hablamos con Luis Pedreira Massa y Carlos González Navajas psiquiatras infantiles del Hospital La Luz.