La nueva moda de la pesca magnética cada vez atrae a más personas en Francia. En París, ya es bastante común ver a los 'pescadores de metales' a orillas del Sena. Su objetivo es hacerse con un buen número de objetos metálicos para venderlos después en la chatarrería. Además, de esta forma contribuyen a limpiar el fondo del río.
Para convertirse en pescador magnético no hace falta más que atar un buen imán a una cuerda, lanzarlo al río y esperar a que 'pique' algo. Pero no vale cualquier imán. Los que se utilizan en este nuevo 'deporte' son tan potentes que son capaces de arrastrar objetos de hasta 80 kilos de peso. Un imán de estas características pueden costar unos 100 euros.
Qué tipo de objetos se consiguen con la pesca magnética
Los pescadores de metales encuentran de todo en el fondo de los ríos: desde patinetes hasta bicicletas, vallas y cientos de llaves de esos candados 'del amor' que los enamorados enganchan a los puentes. También muchas antigüedades, como el rifle de más de cien años que encontró en el Sena uno de estos pescadores.
Sin embargo, la pesca puede ser peligrosa: aún quedan muchas bombas y minas de las dos guerras mundiales en el fondo de los ríos franceses. de hecho, a finales de mayo un joven parisino resultó herido al detonar un explosivo de gas mostaza que había pescado.
En París ya existe un local dedicado a esta nueva moda de pesca magnética. Vende todo lo necesario para pescar objetos metálicos. La fiebre por esta nueva moda es tal que en el último año ha vendido más de 2.500 imanes.