El Sínodo de Obispos concluyó hoy con la aprobación de 58 propuestas para la nueva Evangelización, en las que señalan que todos los cristianos, especialmente las familias y los jóvenes, están llamados a presentar de nuevo a Jesús en un mundo secularizado.
Estas propuestas serán presentadas a Benedicto XVI para que prepare la Exhortación Apostólica, el documento final con el que oficialmente se cerrará el Sínodo, que será clausurado mañana por el pontífice con una misa solemne en el Vaticano.
Los 262 prelados de todo el planeta que han participado en el Sínodo consideran "urgente" una nueva evangelización en un mundo en el que el secularismo, individualismo y relativismo ha llevado al ser humano a vivir de espaldas a Dios, como si no existiera.
Para ello, creen que es necesario que todos los cristianos, desde el obispo al seglar, den testimonio y salgan "sin miedo y con valentía a presentar de nuevo a Jesús en las ciudades, que son, precisan en una de las propuestas, lugares "privilegiados" para la evangelización.
Los prelados opinan que la familia cristiana basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer es el primer agente para la transmisión de la vida y el amor y el "lugar natural" para la nueva evangelización e insisten en que debe ser sostenida por la Iglesia y la sociedad.
En las propuestas, los prelados señalan la importancia que tienen los abuelos en la sociedad moderna para transmitir la fe.
Asimismo, los prelados tienen puesta la mirada en los jóvenes, a los que consideran no sólo personas para evangelizar, sino también evangelizadores.
Tienen palabras de afecto para los cristianos divorciados y vueltos a casar, a los que recuerdan que no están excomulgados, pero reiteran que no pueden ni recibir la absolución sacramental ni comulgar.
Los obispos hacen hincapié en que los inmigrantes son muy importantes para la nueva evangelización y en que la Iglesia tiene que ayudarles a integrarse en las nuevas sociedades y se les garanticen los derechos humanos.
Por otra parte, denuncian el "vergonzoso tráfico" de seres humanos, especialmente de niños, y la venta de órganos.
También ven a las parroquias como centros de evangelización y recuerdan la importancia de la formación permanente de los laicos para evangelizar.
Los prelados abogan por echar mano de la inculturación, es decir usar elementos de las culturas propias para anunciar el Evangelio, pero de manera correcta, y mantener una evangelización permanente, al tiempo que insisten en la necesidad de profundizar en la catequesis.
El cardenal de Washington, Donald Wuerl, relator general del Sínodo, dijo hoy en la presentación de las propuestas que la nueva evangelización no es temporal y que cada conferencia episcopal debe encontrar los modos para ponerla en práctica, ya que no son iguales los problemas de la Iglesia en todos los continentes.
En las propuestas se reafirma el reconocimiento de la libertad religiosa y se propone al papa la oportunidad de crear una comisión con las otras iglesias para defender ese derecho.
Consideran que es muy importante usar los medios de comunicación social modernos, especialmente internet y otros electrónicos, para divulgar el evangelio y señalan la importancia de la belleza para volver a descubrir a Cristo.
Al respecto, Jozef Michalik, presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia, resaltó durante la presentación de las propuestas lo importante que es que los templos sean bellos, ante lo que el cardenal de Washington precisó que la música, el arte y la arquitectura propician el despertar religioso.
La conversión y el sacramento de la reconciliación también son destacados por los prelados, que subrayan la importancia de la liturgia, sin la cual, resaltan, no hay evangelización.
Una vez más, reiteran la opción de la Iglesia por los pobres y recalcan la importancia del diálogo ecuménico, el diálogo interreligioso y la validez del Concilio Vaticano II.
Benedicto XVI dijo hoy en la última sesión del Sínodo que, aunque la Iglesia "siente vientos contrarios, siente sobre todo el viento del Espíritu Santo, que le ayuda y le muestra el camino justo y así, con nuevo entusiasmo, seguimos caminando".
En aras de la nueva Evangelización, Benedicto XVI anunció que las competencias de los seminarios, que hasta ahora dependían de la Congregación para la Educación Católica, pasarán a la del Clero y que la catequesis, que correspondía al Clero, irá al Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización.