Las familias españolas dan un "gran salto atrás" de 10 años, según Unicef

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Niños con carencias materiales |Archivo

Los ingresos de las familias con hijos en España dieron un "gran salto atrás" de diez años durante la crisis económica, un retroceso que sitúa a España detrás de Grecia en esa valoración y junto con Irlanda y Luxemburgo.

En el informe "Los niños de la recesión. El impacto de la crisis económica en el bienestar infantil en los países ricos", presentado en Roma, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) asegura que las familias con hijos en España perdieron durante la recesión el equivalente a "diez años de esfuerzo y progreso", al igual que ocurrió Irlanda y Luxemburgo.

El estudio alerta de que el mayor costo de esta pérdida de potencial puede apreciarse en "la cada vez mayor alienación social y en el menor crecimiento demográfico". De hecho, recuerda que las tasas de fertilidad se han ralentizado por primera vez en diez años y que, en parte, se debe a que "los jóvenes adultos postergan la formación de una familia a causa de la situación económica".

Se trata de un problema que magnifica los perjuicios de la pobreza y reduce las posibilidades de obtener logros educativos y profesionales y que "puede tener repercusiones negativas a largo plazo". Unicef subraya que en los países más castigados por la recesión los niños son los que más sufren las consecuencias y quienes las padecerán más tiempo.

De ellos, España es el tercer país con mayor pobreza infantil en términos relativos, solo por detrás de Grecia y Letonia y con más de tres millones de niños con carencias materiales graves (3.011.071) en 2012 frente a los 2.218.786 afectados cuatro años atrás.

Durante los años de la crisis, entre 2008 y 2012, la pobreza entre los niños aumentó más de 8 puntos -pasó del 28,2% al 36,3%- y convirtió a España en el séptimo país en el que más creció ese fenómeno, según Unicef.

Los hijos de padres desempleados o con bajos ingresos sufren cambios en la dieta, eliminación de actividades extraescolares y dificultades para adquirir material escolar, además de rendir menos en el colegio, sufrir estrés y padecer humillaciones ante amigos y compañeros de clase.

El informe destaca que las prestaciones familiares se han reducido en varios países y que en España e Irlanda "la demanda de medidas de ajuste económico limitó el margen de acción y provocó que se dejara de lado a los niños, justo cuando los indicadores de pobreza empezaban a dispararse".

Los niños son los más vulnerables porque, según el estudio, "la pobreza es un ciclo que se retroalimenta" y, "cuanto más tiempo permanezca el niño atrapado en el ciclo, menores posibilidades tendrá de escapar". Unicef señala que la recesión también ha golpeado "con extrema dureza" a los jóvenes y ha llevado a que el porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan ("ninis") haya crecido "de forma espectacular en la Unión Europea.

España es el sexto país con más aumento de "ninis", que entre 2008 y 2013 pasaron del 14% al 18,6%, porcentajes que solo empeoraron en Italia, Rumanía, Croacia, Grecia y Chipre, frente al liderazgo de Turquía, Alemania y Japón. En total, España contaba con 830.966 jóvenes que ni estudiaban ni trabajaban en 2012, frente a los 715,939.94 de 2008.

El autor principal del texto, Gonzalo Fanjul, dijo a Efe que en España la pobreza infantil "ya no solo castiga a los grupos tradicionalmente excluidos, como familias migrantes o monoparentales, sino que registra un preocupante empobrecimiento general de la clase media".

Fanjul subrayó que la crisis ha supuesto un golpe "muy duro para los niños" en España, pero añadió que ya estaban en una situación "muy vulnerable" antes de la crisis, con un 28% de pobreza infantil, "que muestra que los años de crecimiento económico no se aprovecharon para proteger a los niños".

El experto criticó la imagen peyorativa de los "ninis" -"se habla de ellos como si fueran unos vagos"- y aseguró que son las principales víctimas de la crisis porque "les han robado el futuro". Esto, auguró, tendrá consecuencias porque "la pobreza infantil determinará una generación entera e influirá en las tasas de fertilidad, la productividad de la economía y la vinculación de los ciudadanos con las instituciones y la democracia".

"¿Por qué cualquiera de estos 'ninis' a los que la sociedad ha dejado caer se va a sentir vinculado a la democracia o a las instituciones?", se preguntó.