Cada año se realizan en España entre 120 y 150 trasplantes infantiles, frente a los cerca de 3.500 que se realizan a adultos. El trasplante pediátrico es la asignatura pendiente de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), líder en el mundo, que sin embargo reconoce que el 7% de los niños que espera un órgano fallece porque no pudo llevarse a cabo el trasplante.
La causa es que hay órganos que un niño solo puede recibir si el donante es otro niño y la mortalidad infantil en España es, afortunadamente, muy baja.
Durante 2014 solo hubo 23 donantes infantiles en toda España y con esa cifra de donantes "es imposible cubrir la demanda actual", aseguró la doctora Elisabeth Coll, médica adjunta de la ONT y participante en la XII Reunión Nacional de Coordinadores de Trasplantes, que se ha celebrado en Zaragoza.
La lista de espera sólo para niños que necesitan un riñón es de más de 120 y eso que en este caso el trasplante es más fácil, ya que el 65% de las donaciones provienen de la madre del menor que necesita el órgano. También funciona bien el trasplante hepático infantil. En este caso la donación se reparte casi al 50% entre el padre y la madre del niño enfermo, que logra una supervivencia del 80%, al igual que en el caso del trasplante renal.
El problema radica en los trasplantes cardiacos y pulmonares, porque los niños sólo pueden recibir órganos de menores, por el tamaño de los mismos, y por ello en el año 2013 sólo se hicieron 17 trasplantes caradiacos infantiles y tres pulmonares, según datos aportados por la doctora Coll. Ante esta baja actividad, sólo se realizan este tipo de operaciones en Madrid, País Vasco, Barcelona, Córdoba y Sevilla.