Víctimas también del accidente, los trabajadores de Renfe siguen llorando cada día como en Chamartín a sus compañeros fallecidos.
En las estaciones de tren madrileñas se deja sentir el trágico accidente.
Dolor y mucho silencio es lo que nos hemos encontrado en el mismo Alvia que el accidentado Madrid -Ferrol.
Espeso silencio en la propia Chamartin y en el viaje. Y el dolor de los tripulantes de Renfe que conocían a los fallecidos y al maquinista .
Y también nos hemos encontrado la absoluta confianza de los viajeros en nuestros trenes .