Los ancianos emperadores de Japón, Akihito y Michiko, visitaron hoy en Tokio a centenares de refugiados en el centro Tokyo Budokan, por primera vez desde el devastador seísmo y el tsunami que asolaron la costa noreste del país.
Allí están alojadas unas 300 personas que fueron evacuadas en las provincias de Fukushima, Miyagi e Iwate debido al terremoto y posterior tsunami del pasado día 11, que causaron 11.258 muertos y 16.344 desaparecidos, según el último cómputo policial.
Vestidos más informalmente que de costumbre y en tonos oscuros, el emperador, de 77 años, y la emperatriz, de 76, recorrieron el refugio e incluso se arrodillaron para hablar con las familias afectadas.
Mientras en Fukushima la radiactividad ha marcado su nivel mas alto desde que hace 20 días el terremoto y posterior tsunami asolaron la costa noreste de Japón. A 300 metros de los reactores, en el mar se ha medido un nivel de yodo radiactivo 3.355 veces por encima de lo normal.
Ante la situación de emergencia el gobierno japonés ha anunciado que no descarta ninguna posibilidad, desde cubrir la central con una tela especial que evite la emisión de radiación a la atmosfera, hasta desmantelar los reactores o cubrir la central con un sarcófago. Una medida que ya se utilizó en Chernobil.