Alejo Moreno, crítico y realizador del popular programa de televisión Días de cine, es el artífice de La vida a 5 nudos, un documental que rinde homenaje a los esforzados marineros del buque escuela Juan Sebastián Elcano.
"Narramos todo lo que hace falta para que un buque de estas características -de vela, con cuatro palos y que navega como se hacía hace cien años- funcione", explica a Efe el director, que se confiesa enamorado del navío tras quince días de travesía, entre Santo Domingo y Nueva York.
La vida a 5 nudos compite por la Biznaga de Plata al mejor documental en el XVIII Festival de cine de Málaga.
Producido por Laura Gómez Vega, el documental narra a través de los testimonios de la tripulación el día a día en el buque emblema de la Armada Española, una inédita inmersión en la intimidad de uno de los buques más emblemáticos de la historia de la navegación.
Una sorpresa para el espectador, ignorante (por lo general) del esfuerzo que conlleva hacer navegar este barco; "la división del trabajo, la organización, que es tremenda -explica Moreno-; aparte, allí viven aún un montón de trabajos marineros tradicionales que, de otro modo, se habrían perdido".
El equipo de rodaje obtuvo los permisos antes de que el Juan Sebastián Elcano saltara a las portadas de los periódicos al conocerse que algunos miembros de su tripulación utilizaban el buque para transportar droga en sus bodegas.
"Íbamos en el crucero 'conflictivo' y, aún rodando y todo el día encima de ellos, por todos lados, y no nos dimos cuenta de nada", asegura el periodista.
Y aún más después de lo ocurrido, afirma Moreno, "este documental quiere ser una especie de reivindicación del trabajo que hacen ahí los otros, los que no son unos chorizos, los 259 restantes, que son francos, honrados, con una dedicación tremenda, y esforzados".
Las nuevas cámaras digitales han hecho posible este trabajo donde "invades continuamente la vida del buque, te cruzas y te chocas con ellos todo el tiempo; son 259 tripulantes y tu tienes que tratar de integrarte".
Esa misma cualidad de un equipo de rodaje ligero tenía a su vez limitaciones, explica Moreno, como rodar el desarrollo de maniobras que implicaban a trescientas personas.
"Y el cansancio. En un barco, sin saberlo, te agotas", reconoce, porque "duermes muy poco, la vida en el buque son 24 horas sobre 24 y tú tienes que estar rodando, eligiendo el material, editando... a veces, echábamos cuentas y habíamos estado treinta horas sin dormir".
"Quisimos alejarnos de la imagen que se da de cara a la galería de los marineros con sus uniformes blanquitos, impolutos, porque lo que hemos visto es que se manchan las manos, trabajan durísimo y duermen cuatro horas al día", asegura Moreno.
Añade el realizador sevillano que se trata de un documento "de gran valor", ya que es la primera vez que el espectador tiene acceso a este tipo de información "de primera mano".
Cádiz, Tenerife, Santo Domingo, Cuba y Nueva York, río Hudson arriba con una densa niebla, la cinta trata de desentrañar "la esencia de un tipo de navegación casi extinta desde un enfoque muy cinematográfico, sin voz en off y solo con los testimonios de los marineros y los sonidos propios de la vida en la mar. Es el buque el que habla", afirma Moreno.
"El espectador vivirá una sensación física, dura y hermosa a partes iguales: navegar un gran buque de vela como antaño, a una velocidad media de cinco nudos", resume el director, que se enfrentará mañana, por primera vez, al público malagueño.
La cita, este lunes, 20 de abril, a las 17 horas en el teatro Echegaray.