Una pieza histórica se exhibe por primera vez en el Museo del Romanticismo. Es el corsé de Isabel II, el mismo que le salvó la vida cuando trataron de asesinarla. Hasta el 26 de marzo podemos, no sólo ver esta pieza, también acercarnos a un periodo tan turbulento de nuestra historia, a la España de finales del siglo XIX.
Es la primera vez que este corsé se muestra al público, brindando una oportunidad inédita de aproximarse al siglo XIX, uno de los momentos más convulsos de la historia española, y dialogando con las colecciones del Museo del Romanticismo, dedicado a esta época de importantes transformaciones sociales.
El corsé muestra en el costado el corte ensangrentado del estilete que clavó a la reina el cura Merino, quien fracasó en su intento gracias a que la ballenas del corsé –realizadas con las barbas del animal del que toman el nombre y tan duras como flexibles - frenaron el cuchillo.
Este atentado contra Isabel II tuvo lugar el 2 de febrero de 1852. La reina salía del Palacio Real camino de la basílica de Nuestra Señora de Atocha para dar gracias por el feliz alumbramiento de la infanta Isabel de Borbón, cuando el cura Martín Merino se acercó a ella, simulando entregar unos documentos, a la vez que asestaba una cuchillada con un puñal.
El autor fue detenido inmediatamente, y tras un juicio sumario, condenado a muerte por garrote vil. La noticia del atentado fue inmediatamente transmitida por Madrid, y todas las embajadas mandaron misivas que confirmaban que la reina solo estaba herida.
La reina donó los vestidos que llevaba el día del atentado a la Virgen de Atocha, pero el corsé permaneció guardado casi treinta años en el Palacio Real de Madrid, considerado una reliquia al haber salvado la vida de Isabel II. Fue donado al Museo Arqueológico Nacional en 1871 por el rey Amadeo de Saboya.
La iniciativa la Obra Invitada comenzó su andadura en 2012 con la intención de contextualizar las obras de su colección y mostrar al público piezas procedentes de otros museos o de colecciones habitualmente no expuestas al público.
Hasta el momento se ha podido contemplar, dentro de este programa, el retrato de Eugenia de Montijo de Franz Xaver Winterhalter, cedido por la Fundación Casa de Alba; el retrato de Gustavo Adolfo Bécquer realizado por su hermano, Valeriano Domínguez Bécquer, procedente del Museo de Bellas Artes de Sevilla; un espectacular collar de esmeraldas prestado por el Museo Nacional de Artes Decorativas; o el exquisito retrato que Federico de Madrazo hizo a sus hijos, perteneciente a la Colección Madrazo de la Comunidad de Madrid.