El conductor del autobús siniestrado en Avila niega haberse dormido

  • Las víctimas del accidente de Ávila serán enterradas hoy y el jueves se oficiará el funeral
  • Nueve muertos y 22 heridos, 10 de los cuales permanecen aun ingresados

El conductor del autobús en el que el lunes perdieron la vida nueve personas en Tornadizos (Ávila) negó ante la juez haberse quedado dormido en el momento en el que se produjo el siniestro en la carretera N-403 (Ávila-Toledo), a seis kilómetros de la capital abulense.

R.G.S., de 54 años, dijo ayer a la juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número dos de Ávila que "dormido no se quedó" y que "tampoco dio ninguna cabezada", según su declaración judicial, a la que hoy ha tenido acceso la Agencia EFE.

En la declaración consta que, a preguntas del Ministerio Fiscal sobre las supuestas manifestaciones vertidas ante los agentes de la Guardia Civil en el lugar de los hechos sobre la posibilidad de que se hubiera quedado dormido, R.G.S negó tal extremo.

Al inicio de la declaración, la juez le preguntó sobre lo sucedido en torno a las 8.45 horas del lunes, a lo que él manifestó haber escuchado "un golpe en la parte trasera" en un momento en el que el vehículo ya transitaba "con el freno eléctrico para bajar pendientes y retener la velocidad".

Al respecto, dijo desconocer a qué se debió ese ruido, si bien señaló que pudiera ser motivado a "las bandas que hay en la carretera".

En el instante del ruido, reconoce el conductor que llevó a cabo una "maniobra girando hacia la izquierda" y que el autocar "seguía rozando hasta que pudo parar" junto a un quitamiedos que impidió que el vehículo volcara cuando circulaba "a menos de 90 kilómetros por hora" porque, según dijo, "hay que bajar con precauciones".

Sobre la situación en la que realizó el viaje, el conductor dijo haberse levantado sobre las 6.30, tras haber trabajado el día anterior hasta las 23.30, momento en el que se quedó "revisando el autobús", lo que le permitió dormir en torno a "seis horas y media o siete".

Asimismo, comentó haber cenado "sólo fruta, un melocotón y una naranja", para por la mañana desayunar "normalmente" y tomarse "un ibuprofeno" tras haber padecido "lumbago", del que se recuperó hace un mes sin haber estado de baja ya que "podía conducir".

PERDIÓ EL CONTROL

Respecto a su trayecto, dijo haberlo realizado "en condiciones normales para conducir" y señaló que en el instante del accidente, al notar el golpe, "se le fue el coche hacia la derecha, intentó enderezar y perdió el control golpeando en la parte derecha y se salió".

"Cuando se le iba el coche, iba frenando, intentando incorporar el vehículo a su carril y no pudo hacerlo completamente hasta que se paró en el guardarraíl", dice textualmente en la declaración judicial, en la que R.G.S. asegura no haber notado "ningún fallo" en el autocar.

El conductor insiste en que desconocía cómo perdió el control y si le pudo llegar a deslumbrar el sol, para después señalar que no tenía "ningún tipo de presión para llegar a determinada hora, porque no pasaba nada si llegaba un poco más tarde".

Tras señalar que el autocar cuenta con dos cinturones de seguridad, añadió que en el tramo del accidente, que estaba "bien", la existencia de varias curvas "exigía mayor atención, pero no notó desfallecimiento y sólo recuerda que oyó el golpe".

Al final de la declaración, al serle concedida la palabra por la juez, el conductor del autocar manifestó su deseo de "pedir perdón por el daño que pueda haber ocasionado".

Tras su declaración, el fiscal solicitó que se le privara cautelarmente del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores, al considerar que "existen indicios suficientes para considerarle autor de los delitos que se le imputan".

Finalmente, la juez decretó libertad provisional, comunicada y sin fianza para el conductor, que es investigado por "nueve posibles delitos de homicidio imprudente".

ENTIERROS Y FUNERAL

Un solemne funeral, que se celebrará el jueves en la Catedral presidido por el obispo de la diócesis, recordará a las nueve víctimas mortales del accidente de autocar ocurrido ayer Tornadizos de Ávila, siete de las cuales recibirán sepultura hoy en distintos emplazamientos.

En el siniestro también resultaron heridas de diversa consideración 22 personas, 10 de las cuales permanecen ingresadas en centros de Ávila y Salamanca donde evolucionan favorablemente.

A lo largo del día se han sucedido los actos funebres en diversas localidades de las que eran originarias las victimas. La localidad de San Juan de la Nava ha sido el escenario del entierro de Gerardo Yusta Yuste, de 78 años, mientras que el de Beatriz Pérez Rodríguez, de 46 años, ha sido sepultada en Navarredondilla.

Antonio Rafael Albarrán, de 79 años ha sido enterrado en Arganda del Rey (Madrid), de donde era vecino y Consuelo Pérez Ocampo, de 70 años y vecina de Navaluenga (Ávila), ha recicibido sepultura en el Cementerio de la Almudena de Madrid.

La iglesia de San Pedro Bautista de la localidad abulense de Villanueva de Ávila (287 vecinos) ha acogido el funeral por Martín Garrido Jiménez, de 60 años, y de su hija Beatriz Garrido Altolaguirre, de 33, que padecía síndrome de Down.

Juan González Herranz, de 77 años ha sido inhumado en Navalosa (369 habitantes). Precisamente este ha sido el último cadáver que ha salido esta mañana del Instituto Anatómico Forense de Ávila, tras concluir las autopsias de las nueve víctimas, ocho de los cuales fueron entregados a las familias.

Los cadáveres de los ciudadanos chilenos Berta Erica Collao Zamora, de 64 años, y su hijo Jorge Luis Allende Collao, de 47, residentes en la localidad de Navatalgordo, permanecen en un tanatorio a la espera de que culminen los trámites para su repatriación a su país.

Fuentes del caso han informado de que en las tareas de identificación de los cadáveres participaron cinco equipos forenses que han logrado determinar en tiempo récord la identidad de todos los cuerpos, aplicando para ello un nuevo protocolo de identificación de cadáveres.

LOS DIEZ HERIDOS AUN INGRESADOS EVOLUCIONAN FAVORABLEMENTE

Las diez personas que resultaron heridas en el accidente de autobús registrado ayer lunes en la localidad abulense de Tornadizos y que aún permanecen ingresadas en centros hospitalarios de Avila y Salamanca "evolucionan favorablemente", según el último parte médico facilitado por la Consejería de Sanidad.

Así, en el hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Avila dos mujeres permanecen ingresadas en la UCI, con pronóstico grave, pero están estables y si su situación se lo permite, una de ellas será derivada esta tarde al Complejo Asistencial Universitario de Salamanca para ser intervenida de una fractura mandibular.

Asimismo, los cinco pacientes ingresados en planta en este hospital también evolucionan favorablemente.

Por su parte, la niña de 7 años que fue evacuada en helicóptero hasta el Complejo Asistencia de Salamanca permanece en la UCI infantil y evoluciona favorablemente, al igual que otra mujer de 76 años, J.R.S, también en la UCI y con buena evolución.

Asimismo, la joven de 17 años, J.M.G, ha sido intervenida de herida en cuero cabelludo, fractura de cúbito y luxación de codo y se encuentra ingresada en la Unidad de Reanimación Postquirúrgica del hospital de Salamanca.

CINTURON EN TODOS LOS AUTOBUSES

Las asociaciones de víctimas de tráfico han reclamado hoy que todos los autobuses lleven instalados cinturones de seguridad, sea cual sea su fecha de matriculación, como el caso del autocar siniestrado en Ávila, de 1997, diez años antes de que sea obligatorio para los vehículos registrados a partir de 2007. Una normativa que, en opinión de las víctimas, debería actualizarse, ya que la mayoría de autobuses que circulan por carreteras secundarias y que cuentan con gran afluencia de pasajeros a diario, están matriculados antes de octubre de 2007 y, por tanto, no están obligados a disponer de cinturón de seguridad.

En declaraciones a Efe el presidente de la Asociación Estatal de Víctimas (DIA), Francisco Canes, ha asegurado que hace seis años la normativa dejó pendiente una solución para los vehículos más antiguos, a los que se debería haber impuesto un periodo transitorio de un año o dos para adecuar sus sistemas de seguridad. "No se hizo en su momento pese a que se estudió", ha lamentado Canes, quien considera necesario que todos los pasajeros de autobuses lleven puesto el cinturón de seguridad, un elemento que, al igual que en los coches, puede salvar la vida.

También la presidenta de Stop Accidentes, Ana Novella, coincide con esta adecuación de la normativa y se ha mostrado convencida de que si los pasajeros del autobús siniestrado, en el que murieron nueve personas, hubieran llevado cinturón los daños hubieran sido menores. "Un pasajero con el cinturón puesto se habría anclado en su asiento y no habría salido disparado tras la salida de la vía", ha señalado Novella.

El subdirector de Tráfico y Movilidad de la Dirección General de Tráfico, Federico Fernández, se ha inclinado por limitar la velocidad a los autobuses que no dispongan de cinturones de seguridad, aunque ha apuntado que el nuevo reglamento de circulación "aún está en discusión". "Parece evidente que si el autobús no lleva cinturones y no tienes las mismas condiciones de seguridad que los que sí lo llevan, tengan alguna limitación de la velocidad pero el tema no está cerrado", ha declarado durante la presentación de la campaña de controles de alcoholemia y dorgadicción que comienza este martes.