Un estudio ha revelado que los jóvenes ponen en peligro su seguridad física y psíquica al subir fotos personales a las redes sociales. Los expertos han comprobado asimismo que compartir contenido en sitios como Facebook o Twitter es síntoma de poca autoestima y puede derivar en 'ciberbullying'.
Las redes sociales constituyen una forma muy rápida y efectiva de comunicarnos y de estar al tanto de la vida de otras personas, de las cuales a lo mejor no sabríamos nada si no existiesen estas plataformas. No obstante, los medios sociales tienen su lado negativo, ya que pueden suponer un riesgo para aquellos que ignoran las repercusiones posibles de los contenidos que publican.
Este riesgo se encuentra especialmente presente en los niños y adolescentes que, cada vez a edades más tempranas, se crean su propio perfil en las distintas redes sociales, según ha informado este viernes 'The Telegraph'. Los jóvenes comparten sus fotos y publican estados sin ser realmente conscientes de quién ve estos contenidos y de lo que pueden hacer con ellos, poniendo, por tanto, en peligro su seguridad.
El mencionado diario británico ha recogido asimismo un estudio realizado por el psicólogo Jessamy Hibberd que pone de manifiesto que estas actividades de los jóvenes y, concretamente, la reciente tendencia de las llamadas fotos autorretrato que se suben a las redes sociales, constituyen un elevado riesgo que puede desembocar en abusos o 'ciberbullying'.
Dicho psicólogo ha destacado que detrás de cada foto subida por los adolescentes "se esconde inseguridad y una búsqueda de aprobación de sus amigos". Además, si al publicar un determinado contenido no obtienen ningún Me gusta ni cumplidos o si llega su cumpleaños y no reciben el número de comentarios que esperaban, los jóvenes se sienten frustrados y avergonzados, ya que interpretan esto como que "no son populares".
"Todos los niños se comparan en la vida cotidiana con sus semejantes", explicó Hibberd, "el problema es que en sitios como Facebook se exagera todo, y eso puede alterar posteriormente su percepción de la realidad. La búsqueda de aprobación para sentirse seguros es el factor común de las personas más jóvenes".
Estas ideas del mencionado psicólogo tienen mucho que ver con un reciente estudio empírico de la Universidad de Michigan de Estados Unidos, que relacionaba el uso de Facebook con la infelicidad. Según ese informe, aunque aparentemente satisfacen la necesidad humana de sentirnos conectados, en realidad lo que ocurre es que su uso mina nuestro bienestar y autoestima.
Un trágico ejemplo de la influencia que pueden llegar a tener las redes sociales en la vida y salud mental de los más jóvenes, es el de la pequeña Hannah Smith de 14 años, que se quitó la vida tras ser acosada a través de su página de Ask.fm. Al parecer, los que estaban detrás del asunto eran sus compañeros de clase que, de forma anónima, se burlaban de la joven.