Visitar la celda de un torturado por la dictadura militar argentina. Comprobar los destrozos que la guerra causa en una ciudad Siria. Acompañar a una grupo de refugiados en su odisea hacia Europa. Esas son algunas de las posibilidades que la realidad virtual ofrecerá al periodismo en un futuro muy cercano.
Esta nueva tecnología puede revolucionar la manera de comunicar y la forma en que los espectadores pueden acercarse a la noticia, según opinan varios expertos que participan en la conferencia que la Global Editors Network, una plataforma de profesionales de los medios, celebra hasta mañana en Viena.
El uso de la realidad virtual y de los vídeos en 360 grados está aún poco extendido entre el gran público, pese a que son tecnologías de las que puede disfrutarse en casa con ordenadores, televisores, tabletas y teléfonos móviles normales y, en el caso de la realidad virtual, con móviles de última generación y gafas especiales.
Los vídeos en 360 grados y las imágenes de realidad virtual tienen en común que "ambos reproducen imágenes esféricas", explica a Efe Darío D'Atrio, redactor jefe del canal web del diario argentino Clarín.
La distinción, prosigue, es que a diferencia de la realidad virtual, la experiencia 360 grados es "cero inmersiva".
En la realidad virtual el espectador puede interactuar con la imagen y experimentar como si uno estuviera "in situ" en el lugar de la noticia.
Esta experiencia "tan poderosa y adictiva", en palabras de D'Atrio, es lo que hace que quien prueba la realidad virtual no quiera ya dejar de usarla.
Clarín ha filmado 15 historias en realidad virtual desde diciembre de 2015, siempre buscando "historias complejas", dice el periodista argentino.
Una de estas historias es sobre La Escuela de Mecánica de la Armada, el principal centro de detenciones ilegales en Argentina durante la dictadura militar (1976-1983).
En los casi ocho minutos que dura, el espectador acompaña a dos supervivientes de las torturas en este centro y experimenta la angustia de estar preso en una celda de menos de un metro cuadrado.
Esta tecnología es usada también por SMART, una agencia de noticias siria que ha realizado ya tres vídeos sobre la guerra civil en ese país.
El último de ellos permite al usuario "teletransportarse" para acercarse a la realidad de una país en guerra con sonido ambiente y un audio explicativo en diferentes idiomas.
El vídeo ha sido emitido por las versiones digitales de los diarios El País, de España, y Le Monde, en Francia.
Chamsy Sarkis, director de SMART, afirma que esa capacidad de viajar a la noticia debe ser la principal aplicación en el periodismo de la realidad virtual.
"Yo no puedo ir allí pero puedo ser 'teletransportado' con la realidad virtual", explica a Efe.
En la misma línea que el editor de Clarín, Sarkis explica que la experiencia en realidad virtual libera en el cerebro una sensación de placer tan adictiva que su éxito entre el público está asegurado.
Alina Mikhaleva, de la emisora RT (Russia Today), realizó una filmación del aeropuerto de Donetsk, en Ucrania, tras ser bombardeado durante el conflicto que sufre este país.
La grabación se realizó con un dron que sobrevoló el terreno para que el espectador pueda ver con todo detalle los estragos de la guerra.
Mikhaleva destaca que aún se está en la "primera fase" de desarrollo del universo de la realidad virtual y de los vídeos en 360 grados.
Para explicar el potencial futuro de esta tecnología, la periodista compara su capacidad actual con la que tuvieron los primeros móviles en relación con los modernos "smartphones".
Uno de los principales obstáculos del uso periodístico de esta tecnología es el tiempo, hasta dos semanas, que se tarda en editar estos vídeos, algo que afecta a la actualidad de la noticia.
Zillah Watson, de la BBC británica, opina que emplear la realidad virtual para grabar situaciones como el viaje "de un grupo de refugiados desde Siria a Europa" es una de las aplicaciones más interesantes para el público.
Cree que esa inmersión permite al espectador entender mejor la historia y evitar la manipulación.
El precio de estos equipo puede oscilar entre los 700 euros de una cámara con varias lentes para grabar en 360 grados a los 500.000 de los aparatos más sofisticados para generar realidad virtual.
Todos los expertos coinciden en que en un plazo de 3 a 10 años estas tecnología estarán ya en fase de plena implantación y que para 2020 habrá ya unos 37 millones de dispositivos de reproducción de realidad virtual en los hogares.