Seguimos pendientes del caso de 14 policías nacionales de la Comisaría de Carabanchel imputados por falsificar pruebas con las que acusaban a delincuentes de delitos que no habían cometido. Hoy van a escuchar cómo lo hacían. Les vamos a mostrar, la conversación telefónica que mantuvo el presunto cabecilla con uno de los agentes.
La noticia saltaba en enero. Policías imputados por colocar pruebas falsas, preparadas. En concreto huellas dactilares en viviendas donde se había cometido un robo. Huellas que habían tomado a delincuentes arrestados previamente. De esa manera les acusaban de una mayor número de delitos.
El cabecilla, según la investigación es el Inspector Javier, a quien pertenece esta conversación sobre el arresto de un ladrón de etnia gitana. "En puridad el tío lo que ha hecho ha sido pegar un tirón y se ha llevado el teléfono, con lo cual es una falta de daños porque el teléfono se ha roto, me explico... Que no ha lugar ni a la detención, pero lo que yo quiero es quitarle de la circulación"
Se da la circunstancia de que este inspector fue investigador del Caso Faisán. Ahora en Carabanchel intenta dar un escarmiento a los ladrones con unos métodos que ahora están siendo investigados por el juzgado de instrucción número 25.
Asi justifica su manera de proceder: "lo que no quiero es que el tío se quede en la calle, joder. Es que al tío no lo iban ni a detener. Se le deja aquí y que duerma aquí tranquilamente. Asi el tío, la próxima vez que vaya a robar que vayaa otro distrito. Que diga, en Carbanchel me tienen dos días, me entiendes, porque eso se corre la voz".
Estas razones y mejorar la estadística parece ser que está detrás de las presuntas malas prácticas de estos policias.