La Pasión Viviente de Colmenar Viejo

  • Un ambiente de silencio, luz, respeto, sonido, admiración, belleza y de exaltación de los valores cristianos

El entorno de la Basílica de la Asunción de Nuestra Señora, de Colmenar Viejo, volvía a ser escenario de una de las representaciones de Semana Santa más esperadas y admiradas por los vecinos de la localidad y de la Sierra madrileña, la Pasión Viviente.

Más de 250 figurantes, con edades comprendidas entre los 5 y los 80 años, han participado en este evento organizado por la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora en colaboración con el Ayuntamiento de Colmenar Viejo. Entre ellos algunas familias enteras, todos ellos arropados por en torno a 50 personas del equipo técnico encargados de preparar cada una de las escenas.

Llevaban trabajando desde hace meses para conseguir que hasta el más mínimo detalle despierte la ilusión en los espectadores de la representación.

Aunque la mayoría de los figurantes son vecinos de Colmenar Viejo (algunos procedentes de países del Este o de Sudamérica), también han participado en la representación vecinos llegados de otros municipios de la comarca o incluso de Madrid capital.

Un paseo contemplativo por las 13 escenas principales de la muerte y resurrección de Cristo, comenzando por La Entrada en Jerusalén y terminando con La Resurrección, dos cuadros que simbolizan un mismo sentimiento: la grandeza de la esperanza en el destino.

En medio de ese camino, hasta once paradas más han trasladado a los espectadores a momentos tan significativos como La Ultima Cena, El Prendimiento, La Crucifixión, La Piedad o El Santo Sepulcro. Aunque todas las escenas son dignas de admiración, La Crucifixión, El Descendimiento y el Santo Sepulcro son las que año tras año impactan más a los visitantes, cuadros cargados de gran realismo que no dejan a nadie indiferente.

Entre las novedades de la edición de este año destacan el cambio de ubicación de los cuadros, para hacer más sorprendente el recorrido; escenografías nuevas en algunos de los cuadros más relevantes, como por ejemplo, en La Ultima Cena, algo que permitirá a los visitantes apreciar ese momento desde una perspectiva diferente aunque ya hayan visto la Pasión Viviente en años anteriores; y un vestuario renovado, ya que se han confeccionado trajes expresamente para esta edición, como los que vestirán personajes tan destacados como la Virgen María.

La Pasión Viviente de Colmenar Viejo es una auténtica obra de arte de carne y hueso que recrea la ciudad de Jerusalén en el siglo I, llenando de espiritualidad las calles y plazas de su recorrido gracias, sobre todo, a unos personajes que sumergen a los espectadores en un ambiente de respetuoso recogimiento.

En definitiva, "un ambiente de silencio, luz, respeto, sonido, admiración, belleza y de exaltación de los valores cristianos".