Según el Ministerio de Medio Ambiente España está atravesando el invierno con menos lluvia desde los años 40. De noviembre a febrero las precipitaciones han caído un 30 por ciento. La falta de lluvias al menos benefició los trabajos de recolección de producciones como el algodón, la remolacha o la acetituna. Pero los agricultores de cereal mirán ahora al cielo con más incertidumbre que nunca. En la Comunidad de Madrid existen alrededor de 30.000 hectáreas de cultivo de cereal, 5.000.000 en toda España. Muchos de ellos se sembraron en diciembre y a estas alturas deberían sobrepasar los 50 centímetros de altura, sin embargo las semillas aún no ha brotado. Si no llueve en los próximos días asegura Julián Ayuso, agricultor de cebada en Valadaracete, toda la siembra se perderá. Sólo en esa finca las pérdidas pueden alcanzar hasta los 20.000 euros.
Los agricultores españoles sólo encuentran piedras en el camino. La sequía podría multilplicar sus costes puesto que a falta de agua del cielo muchos tendrán que comprarla. El precio del gasóleo agrícola está en máximos históricos, 1,12 céntimos, un 40 por ciento más que hace dos años. Las bajas temperaturas también se han cruzado contra sus intereses. Las organizaciones agrarias calculan que las pérdidas del sector provocadas por las últimas heladas ascienden a más de 200 millones de euros. Ante este panorama se avecina según los agricultores una subida de precios en productos derivados de los cereales a no ser que la lluvia haga brotar sus cultivos y paliar de esta forma las pérdidas.