La Nochevieja en Francia se saldó con 1.193 coches quemados, más que en 2009

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Durante la pasada Nochevieja se quemaron en Francia 1.193 automóviles, anunció hoy el ministro del Interior, lo que significa 46 más que en 2009, el último año en que se publicó esta polémica estadística sobre unos incendios convertidos en una "tradición" en esa fecha.

El titular del ministerio, Manuel Valls, quien decidió volver a comunicar esas cifras en contra de la estrategia de sus predecesores en los últimos tres años -que pretendía desincentivar competiciones entre los autores de los incendios de coches-, mostró su esperanza en conferencia de prensa de que los responsables "sean castigados" por tratarse de actos "intolerables".

En todo 2011 se han contabilizado 42.135 automóviles calcinados, de acuerdo con los registros policiales, mientras que los seguros tramitaron expedientes por 45.500 vehículos de todo tipo quemados, precisó.

Durante los últimos años, los coches destruidos por el fuego se han situado por encima del listón de los 40.000 con picos superiores a los 45.000 en particular en 2007 y 2009, por no hablar de 2005, cuando los disturbios se propagaron varias semanas por muchas ciudades del país.

El ministro reiteró sus argumentos en favor de la publicación de la cuestionada estadística de Nochevieja por la "transparencia" y la "verdad" que las autoridades deben a los ciudadanos, a los que -insistió- "no hay nada que esconder".

Además, señaló que conocer en detalle el fenómeno ayuda a las fuerzas del orden y a la justicia a "trabajar mejor".

Valls reconoció que anoche se produjeron enfrentamientos con las fuerzas del orden en un barrio de Estrasburgo y en Mulhouse, las dos ciudades en la región de Alsacia. Tres policías y cuatro gendarmes resultaron heridos.

El titular de Interior precisó que la acción policial condujo a la detención de 339 personas, más que las 290 arrestadas esa misma noche un año antes.

En su comparecencia, el ministro lamentó la muerte de un joven cerca de Estrasburgo por haber manipulado un "mortero" ilegal que pretendía utilizar para celebrar la llegada del año nuevo.