Un equipo de científicos de la Universidad de Cornell ha conseguido, por primera vez, el nacimiento de una camada de cachorros por fertilización 'in vitro'.
Concretamente, se transfirieron 19 embriones a la perra anfitrión, que dio a luz a siete cachorros sanos, dos de una madre y un padre beagle cocker spaniel, y cinco a partir de dos parejas de padres y madres beagle.
"Desde mediados de la década de 1970, la gente ha estado tratando de hacer esto en un perro y no han tenido éxito", ha señalado Alex Travis, profesor asociado de biología de la reproducción en el Instituto Baker de Sanidad Animal en la Facultad de Medicina Veterinaria de Cornell.
Para un mayor éxito en la fecundación 'in vitro', los investigadores deben fertilizar un óvulo maduro con un espermatozoide en un laboratorio, para producir un embrión. A continuación, deben devolver el embrión en una hembra en el momento adecuado en su ciclo reproductivo.
En este caso, el primer reto era recoger óvulos maduros del oviducto femenino. Los investigadores primero trataron de utilizar los huevos que estaban en la misma etapa de maduración de las células de otros animales, pero dado que los ciclos reproductivos de los perros difieren de otros mamíferos, los huevos no pudieron fertilizar. A través de la experimentación, el equipo encontró que si dejaban el huevo en el oviducto un día más, éstos alcanzaban una etapa en la que la fertilización mejora en gran medida.
El segundo reto era que el tracto femenino prepare espermatozoides para la fecundación, lo que requiere que los investigadores simulen esas condiciones en el laboratorio. En este caso, los científicos encontraron que la adición de magnesio al cultivo celular preparaba adecuadamente el esperma. "Hicimos esos dos cambios, y ahora logramos el éxito en tasas de fertilización de emtre un 80 y un 90 por ciento", ha señalado Travis.
El desafío final para los investigadores estaba en el congelado de los embriones. Travis y sus colegas entregaron a Klondike, el primer cachorro nacido de un embrión congelado en el hemisferio occidental en 2013. La congelación de los embriones permitieron a los investigadores insertarlos en los oviductos del receptor (las trompas de Falopio humanas) en el momento adecuado en su ciclo reproductivo, lo que ocurre sólo una vez o dos veces al año.
AMPLIAR IMPLICACIONES PARA CONSERVAR LA FAUNA
Según han explicado los expertos, los resultados tienen amplias implicaciones para la conservación de la fauna. Así, Travis ha indicado que se pueden congelar espermatozoides y elaborar un banco destinado sólo a la inseminación artificial.
Este logro, publicado en 'Public Library of Science ONE', abre la puerta a la conservación de especies de cánidos en peligro de extinción, el uso de tecnologías de genes para erradicar enfermedades hereditarias en los perros y para el estudio de enfermedades genéticas.
Los expertos han recordado que hay canes que comparten más de 350 trastornos y rasgos hereditarios similares con los seres humanos, casi el doble del número que cualquier otra especie.