El Servicio de Salud de Asturias investiga la muerte de una niña de 18 meses asfixiada con una palomita de maiz. Tras atragantarse la pequeña fue tratada en diversos centros de salud del Principado. Se estimó que lo mejor era esperar para ver su evolucion pero a los cinco dias la pequeña falleció. Su familia tras enterrarla estudia denunciar el caso. Porque los padres de la pequeña Ana María no consiguen asimilarlo. Acaban de enterrar a su pequeña. Ha muerto tras comer una palomita de maíz. Fue el pasado día 9 de marzo. Y tras varias visitas a médicos y hospitales la niña fallecié en su casa. La madre, Cecilia Fernández, asegura que cuando le faltaba el aire "la cogió del brazo y la empecé a hablarla: tranquila cariño que estás con mamá, tranquila cariño, y la nena no respiraba igual" .
Le intentó hacer el boca a boca, y cuando llegó al centro de salud certificaban su muerte. Previamente en el Hospital Carmen y Severo Ochoa de Cangas del Narcea le hicieron radiografías pero no detectaron la palomita. Por eso fue derivada al Hospital Universitario Central de Asturias, en Oviedo, allí permaneció un día y después fue enviada a su casa para ver como evolucionaba. La familia, rota por el dolor, no sabe aún si denunciará. Oscar Suárez, el padre de la pequeña, asegura que él sólo quería enterrarla, que no puede pensar en nada más y que ya verá lo que hará a partir de ahora.
Lo cierto es que los atragantamientos no siempre son evidentes. Según Maite Fernández, pediatra de Urgencias del Hospital Quirón de Madrid, puede manifestarse con una tos inefectiva y con cianosis (color azulado de piel), y es bastante frecuente con la ingestión de frutos secos, salchichas y palomitas de maiz.
Lo cierto es que el Hospital Central de Asturias no descartaba llevar a cabo una intervención si los problemas respiratorios de la pequeña no cesaban. Demasiado tarde.