Juan Carlos Aguilar, experto en artes marciales y que se hacía pasar por maestro Shaolín, ha ingresado en prisión acusado de la muerte de dos prostitutas, una de ellas colombiana asesinada el mes pasado y otra nigeriana que ha fallecido hoy tras haber sido torturada y permanecer varios días en coma.
Maureen Ada Otuya, de 29 años y natural de Nigeria, ha muerto al mediodía en el hospital bilbaíno de Basurto, en el que fue ingresada el pasado domingo después de recibir una brutal paliza en el gimnasio del centro de Bilbao que regenta el detenido.
La primera víctima, cyos restos fueron encontrados por la Ertzaintza en el gimnasio y el domicilio de Aguilar, ha sido identificada como Janny Sofía Rebollo Tuiran, de 40 años y nacionalidad colombiana, según han informado fuentes de la investigación.
Esta sería la mujer que Aguilar confesó haber asesinado y que los investigadores creen que pudo morir el pasado 25 de mayo.
La identificación de Janny Sofía Rebollo Tuiran, que tiene dos hijos, uno de 3 años que vivía con ella y otro de 6 años que reside en Colombia, se ha cerrado con rapidez debido a que la Policía tenía una ficha de ella con sus huellas dactilares.
El pasado 24 de mayo, la víspera del día en el que pudo ser asesinada, la mujer fue vista protagonizando algún altercado en una zona de alterne de la capital vizcaína, según las mismas fuentes.
Casi a la misma hora en que se certificaba el fallecimiento de la joven nigeriana, Aguilar ha comenzado a prestar declaración ante el juez, que ha ordenado su ingreso en prisión.
El fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro, ha dicho que el acusado será condenado "claramente" a penas que superan los treinta años de prisión.
Juan Carlos Aguilar, quien lleva dos años en tratamiento por un tumor cerebral, declaró en comisaría que "creía" haber matado a una mujer el día 31 de mayo, aunque añadió estar "confuso" al respecto.
Las muestras de rechazo por estas muertes han continuado hoy, como la protagonizada por un grupo de amigas de Ada, que se han acercado al hospital bilbaíno tras enterarse de su muerte y han reclamado que "se haga justicia".
Unas cien personas, entre las que figuraban representantes políticos e institucionales, se han concentrado en las escalinatas de acceso al Ayuntamiento de Bilbao.
El alcalde en funciones, Ibón Areso, ha señalado que no se contaba con ninguna denuncia previa por la desaparición de una mujer colombiana.
El caso salió a la luz el pasado domingo, cuando Aguilar fue arrestado después de que un testigo alertara a la Ertzaintza de que había visto cómo una mujer era obligada a entrar por la fuerza en un portal -donde se ubica el gimnasio- en la céntrica calle Máximo Aguirre.
Los agentes que acudieron al local tuvieron que tirar la puerta abajo con mazas para acceder al interior, donde encontraron en una habitación de reducidas dimensiones a Aguilar junto a la mujer nigeriana, inconsciente y con ataduras en manos, pies y cuello.
De momento no se sabe cómo contactó con su agresor, aunque la vivienda en la que Ada tenía alquilada una habitación está cerca del domicilio de Aguilar, en la calle Iturrizar, a unos 300 metros de distancia.
En un posterior registro del gimnasio y del domicilio del agresor se encontraron los restos humanos pertenecientes a Janny Sofía Rebollo, repartidos por distintas dependencias.
Juan Carlos Aguilar apareció en radios, periódicos y televisiones en el año 1997 presentándose como primer el maestro Shaolín occidental y también aseguraba ser campeón de España y del mundo de kung-fu.
No obstante, el Templo Shaolín de España, único centro de esta disciplina reconocido oficialmente en el país, negó tener relación alguna con él y le acusó de ser "un poco sectario" y vender "lo que no era", ya que no poseía ninguna graduación oficial ni estaba autorizado por el Templo de Henan (China).