Según la investigación que ha realizado una Universidad de Londres (University College), las arterias de los adolescentes que beben alcohol y fuman, incluso de forma ocasional, ya comienzan a endurecerse a los 17 años, un problema que predice posteriores condiciones cardíacas como ataques y accidentes cerebrovasculares.
Además, el alto consumo de alcohol y tabaquismo estaba relacionado con un daño arterial aún mayor, si lo comparamos con el hecho de beber y fumar por separado. Los investigadores analizaron los datos de 1.266 adolescentes nacidos en los años 90 y durante un periodo de cinco años.
La investigación ha señalado que si los adolescentes dejan de beber y fumar durante la adolescencia, sus arterias volverán a la normalidad.
Los participantes del estudio proporcionaron detalles de sus hábitos de fumar y beber a los 13, 15 y 17 años. El estudio demostró que los fumadores de alta intensidad tuvieron un aumento relativo del 3,7% en la rigidez de las arterias, en comparación con el grupo de ‘baja intensidad’.
La edad en la que los participantes comenzaron a beber alcohol no se asoció con la salud arterial, lo que quiere decir que la duración de la exposición podría no ser tan importante a esta edad.