La Guardia Civil se ha incautado de 99 armas y de 21.000 cartuchos metálicos de diferentes calibres en una operación que ha supuesto la desarticulación de una red dedicada a la compra en el extranjero de piezas inutilizadas para venderlas posteriormente una vez puestas de nuevo en funcionamiento.
Fusiles de asalto, subfusiles, pistolas, revólveres, rifles y carabinas son algunas de las piezas que el Servicio de Información del instituto armado ha expuesto hoy a la prensa.
Con esta operación, en la que han sido detenidas siete personas, la Guardia Civil ha evitado que las armas llegaran a delincuentes. Incluso, y en el caso de las armas de guerra -fusiles de asalto y subfusiles- se ha evitado su posible desvío a organizaciones terroristas.
Sería el caso, como han explicado mandos del Servicio de Información, de grupos yihadistas, que recurren en muchas ocasiones al mercado negro cuando tienen la firme decisión de actuar, pero no cuentan, como era el caso de ETA, de un aparato logístico que les suministre de armas.