Cuando los avances tecnológicos se ponen al servicio de la medicina se obtienen logros que hace tan sólo unos años eran inimaginables.
Es lo que ha sucedido en el Hospital Ruber Internacional donde hemos sido testigos de una intervención quirúrgica de alto riesgo con la tecnología más innovadora que ha incorporado este centro.
Se trata de un escáner circular, un sistema revolucionario denominado “O-arm” para su uso en intervenciones de la columna vertebral y en cirugías craneales de patología cerebral y medular.
Este sistema de imagen intra-operatoria permite al cirujano ver la anatomía del enfermo, en tiempo real, mientras opera, por ejemplo, perforando una vértebra a escasos milímetros de la médula espinal, donde un error o cualquier desviación puede provocar la parálisis de las extremidades del paciente.
Durante la intervención, el sistema proporciona a los médicos en tiempo real, imágenes multi-dimensionales en 2D y volumétricas en 3D, así como imágenes fluoroscópicas. Esto permite que el paciente se beneficie de una cirugía menos invasiva, se recupere más rápido, la operación sea más corta y mejore el resultado final.
El O-arm, “O” porque es un círculo que rodea por completo al enfermo; “arm”, brazo en inglés, se llama así porque es una extremidad articulada que sube, baja, avanza, retrocede y gira.
Y no es un aparato más, en el mundo hay apenas una veintena. Es muy caro, más de un millón de euros, pero los médicos dicen que compensa.
Aumenta la fidelidad y la exactitud del tratamiento, con lo que mejoran los resultados. Y esto se manifiesta en una drástica reducción del tiempo de la operación y de la estancia en el hospital del paciente, que tiene una más rápida reimplantación en su entorno familiar, social y laboral