El papa Francisco pidió públicamente perdón por los abusos sexuales cometidos con niños por "bastantes" sacerdotes, casos por los que la Iglesia Católica ha sufrido severas críticas en los últimos años. Jorge Bergoglio, en una intervención pública de la que no se esperaba en principio referencia al asunto, aseguró además que la Iglesia no dará ningún "paso atrás" al abordar esta cuestión.
El Papa precisó que no habrá "un paso atrás en lo que se refiere al tratamiento de estos problemas y a las sanciones que se deben poner" y agregó: "Tenemos que ser muy fuertes. Con los chicos no se juega".
La declaración se produjo cuando Bergoglio pronunciaba unas palabras ante la Oficina Internacional Católica de la Infancia, (BICE). El pontífice interrumpió un discurso que tenía preparado para improvisar algunas palabras, que pronunció en español y en las que pidió perdón por el mal perpetrado por sacerdotes a niños.
"Me siento interpelado a hacerme cargo de todo el mal que algunos sacerdotes, bastantes, bastantes en número, no en comparación con la totalidad (han hecho). (Quiero) hacerme cargo de pedir perdón del daño que han hecho por los abusos sexuales de los niños", afirmó el papa.
Posteriormente Bergoglio prosiguió su discurso explicando que "en una sociedad bien constituida los privilegios sólo deben ser para los niños y los ancianos, porque el futuro de un pueblo está en manos de ellos".
El Papa no había pedido hasta el momento perdón por esos casos de abusos sexuales a niños por parte de sacerdotes, conocidos en diversas diócesis de todo el mundo y que han suscitado duras críticas.
REAFIRMA QUE EL ABORTO Y EL INFANTICIDIO SON DELITOS ABOMINABLES
El papa Francisco reafirmó que "el aborto y el infanticidio son delitos abominables" en su discurso a los integrantes del Movimiento para la Vida italiano, que recibió en el Vaticano.
El Papa argentino alabó el "proyecto Gemma", promovido por dicho Movimiento y que consiste en dar ayudas económicas a madres en dificultad, al asegurar "que en estos 20 años a través de una forma de solidaridad concreta ha permitido el nacimiento de tantos niños que de otra manera no habrían visto la luz".
Tras ello, Jorge Bergoglio aseveró que "la vida humana es sagrada e inviolable y que cualquier derecho civil se basa en el reconocimiento del primer y fundamental derecho del hombre, el de la vida, que no se puede subordinar a ningún tipo de condición, económica y aún menos ideológica".
Francisco recordó uno de los diez mandamientos del catolicismo: "No matarás", que, agregó, "asegura el valor de la vida humana". Reiteró su condena a la llamada "economía de la exclusión" o la "cultura del desecho" que "considera el ser humano como un bien de consumo que se puede usar y tirar".
"Es necesario reiterar la oposición más firme a cualquier atentado a la vida, especialmente si es inocente o indefensa. El niño aún por nacer es inocente por antonomasia", señaló el Papa.
Francisco hizo suyas las consideraciones de la constitución pastoral del Concilio Vaticano II, "Gaudium et spes", que considera que "la vida debe ser protegida con el máximo cuidado y el aborto y el infanticidio son delitos abominables".
Asimismo invitó a los fieles católicos a testimoniar "la protección de la vida con valor y amor en todas sus fases", pero también les recordó la necesidad de que "cada mujer se sienta considerada, escuchada y acompañada".