El Papa Francisco beatifica este domingo a Pablo VI en la Plaza de San Pedro del Vaticano, coincidiendo con el día en el que concluye la Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos dedicado a la Familia.
La ceremonia de beatificación comienza a las 10,30 horas y cuenta con la presencia del Papa Emérito Benedicto XVI.
Pablo VI pasará a la historia por haber escrito la 'Humanae Vitae', encíclica sobre la defensa de la vida y la familia, y por haber llevado a término el Concilio Vaticano II iniciado en 1962 por San Juan XXIII.
El milagro atribuido a la intercesión de Pablo VI, fallecido el 6 agosto de 1978, Fiesta de la Transfiguración, fue el de la curación de un niño en el vientre de su madre.
El postulador de la causa, Padre Antonio Marrazzo, presentó como milagro atribuible a la intercesión de Pablo VI la curación de un niño aún no nacido, que tuvo lugar a comienzos de los años 90 en California.
Durante el embarazo, los médicos encontraron un grave problema en el feto y, en razón de las consecuencias cerebrales que intervienen en estos casos, se le sugirió un aborto como único remedio a la joven madre. La mujer se opuso, queriendo llevar a término el embarazo, a pesar de que se le aseguró que el hijo nacería gravemente afectado en lo físico y a nivel cerebral, y se confió a la intercesión de Pablo VI.
El niño nació sin problemas y se esperó que llegara a la adolescencia para constatar la ausencia de consecuencias y la perfecta sanación. Según declaró Marrazzo en 2012 a Radio Vaticana, este hecho se trata de "un acontecimiento realmente extraordinario y sobrenatural, que tuvo lugar por intercesión de Pablo VI".
El 20 de diciembre de 2012, ya en vísperas de su renuncia, Benedicto XVI proclamó la "heroicidad de las virtudes" de Pablo VI. Para la beatificación se necesitaba sólo el reconocimiento de un milagro. Tras la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, otro Pontífice de las últimas décadas, el continuador del Concilio, está por asumir el honor de los altares por decisión del Papa Francisco.
EL PADRE ÁNGEL CONCELEBRARÁ LA MISA CON EL PAPA
El padre Ángel García, fundador y presidente de la asociación Mensajeros de la Paz, concelebrará mañana con el Papa Francisco la misa de beatificación de Pablo VI, pontífice que fue "un profeta para Mensajeros de la Paz".
Para Ángel García, que viaja hoy a Roma acompañando al arzobispo electo de Madrid, Carlos Osoro, Pablo VI es su "Papa por excelencia", ya que aunque tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI y Francisco "nos han acogido y apoyado, el Papa Montini fue el primero que nos recibió".
En opinión del sacerdote asturiano "si miramos con atención la historia de la Iglesia, comprobamos que Pablo VI tuvo más oposición de la que está sufriendo el Papa Francisco". Su trabajo para aplicar el Concilio Vaticano II fue "heroico" frente a "quienes no querían abrirse al mundo de hoy. Incluso le amenazaron con un cisma".
El Pontífice que mañana subirá a los altares también demostró "valentía" al intervenir en un tiempo difícil para España. "Exigió con firmeza al régimen franquista que detuviera los fusilamientos, lo que generó un verdadero problema diplomático. Pero no le importó, tenía claro que tenía que defender la libertad".
El fundador de la asociación galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1994 fue destinado a principios de los sesenta a la Capellanía del Orfanato de Oviedo.
Allí, para responder a las necesidades de unos chavales "que vivían estigmatizados por el mero hecho de no tener padre ni madre", puso las bases de lo que sería Mensajeros de la Paz.
El sacerdote recuerda que "cuando sólo teníamos una casa abierta en Asturias me llené de valor y llamé al secretario personal de Pablo VI para que nos recibiera en audiencia. Ni el sabía español ni yo italiano, pero logré convencerle de que nos recibiera".
En 1969, el padre Ángel viajó a Roma con un grupo de niños para conocer al Papa, acompañado del entonces arzobispo de Oviedo, Vicente Enrique y Tarancón.
"Después de saludarnos en el Aula Magna, se bajó de la silla gestatoria y uno a uno abrazó y besó a los chicos. Luego nos invitó a ser como el grano de mostaza, que tuviéramos fe para que nuestra obra diera fruto. Fue un profeta para Mensajeros de la Paz", en opinión del padre Ángel quien recibió "un apoyo tácito de la Santa Sede y de Pablo VI que nunca olvidaré".