Cada año se realizan en España entre 120 y 140 trasplantes de órganos en menores de 16 años, lo que representaría casi el 5 por ciento de los alrededor de 3.000 que se realizan en todo el mundo, y la donación de vivo permite que actualmente apenas haya 58 pacientes en lista de espera, según datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). "Afortunadamente la demanda se cubre bastante bien, pero representa un esfuerzo de todo el sistema por la escasez de este tipo de donantes", ha destacado el director de la ONT, Rafael Matesanz, durante la presentación de la primera Red de Referencia Europea de Trasplantes Infantiles (TrasplantChild), que coordinará el Hospital Universitario La Paz de Madrid, donde se han hecho el 30 por ciento de los trasplantes infantiles realizados en España en los últimos 20 años.
De hecho, según ha explicado, la donación de vivo de riñón ha permitido que en estos casos apenas haya 14 pacientes en lista de espera, cuando en los años 90 había más de 60-70.
La mayoría de trasplantes pediátricos que se hacen en el mundo se realizan en Europa y Estados Unidos, ya que requieren especialistas y técnicas "más sofisticadas" que las que se utilizan en un trasplante de adulto.
Los principales órganos que se trasplantan en niños son precisamente el riñón y el hígado, los únicos de los que se pueden hacer donaciones de vivo, con entre 40-50 intervenciones al año en cada caso en España, mientras que otros como pulmón, corazón o intestino se trasplantan mucho menos y dependen de los donantes que haya cada año. "Hay que casar grupo sanguíneo y el tamaño del órgano de donante y receptor", ha explicado Matesanz, que reconoce que cuando los órganos proceden de donantes fallecidos a veces se aprovecha para trasplantar varios órganos a la vez, lo que se conocen como trasplantes multiviscerales.
Estas intervenciones se realizan para tratar enfermedades congénitas en la que el daño del intestino también afecta a otros órganos y son las más complejas de realizar en el ámbito de los trasplantes, "incluso más que el de cara", según Matesanz, ya que duran entre 18 y 24 horas. En España se han realizado 52 intervenciones de este tipo, todas en La Paz.
El director de la ONT ha reconocido que esto es posible gracias a la solidaridad que demuestra la sociedad española con este tema, ya que en las donaciones infantiles el porcentaje de negativas familiares es incluso más bajo que el de adultos. "Las familias entienden perfectamente que cuando han perdido a un hijo de forma trágica hay otros niños que se pueden beneficiar", ha destacado.
SUPERVIVENCIA INCLUSO MEJOR QUE EN ADULTOS
Además, la supervivencia de los pacientes que se someten a un trasplante en edad pediátrica es "realmente buena" y, en el caso del hígado o el riñón, es incluso "manifiestamente superior" a la de los adultos, según Matesanz, a pesar de que la variabilidad del sistema inmune hace que las posibilidades de rechazo sean mayores.
De hecho, ha añadido Paloma Jara, coordinadora de la red europea, en los pacientes trasplantados en La Paz la supervivencia del riñón después de 5-8 años es del 95 por ciento mientras que, en pacientes sometidos a un trasplante hepático, hasta el 85 por ciento siguen vivos después de 10 años.
"Ya tenemos pacientes con 30-40 años, que incluso han tenido hijas y va todo bien", según esta experta, que también celebra que en el caso del trasplante cardiaco la supervivencia es de un 75 por ciento y en el intestinal algo menor, dada su complejidad.
NIÑOS CON ORGANOS DE ADULTOS
Esta experta reconoce que uno de los principales avances en el trasplante pediátrico ha sido la donación de vivo, ya que se pueden utilizar órganos de adultos, lo que ha permitido que los niños casi no fallezcan en lista de espera.
"El 19 por ciento son menores de un año, y encontrar un donante para un niño es difícil, por lo que las nuevas innovaciones técnicas hacen que el fallecimiento sea muy bajo, gracias a los tratamientos de soporte que permiten que aguante más", ha explicado Jara.
En el caso del hígado la donación de adulto se puede utilizar en niños de cualquier edad, porque sólo se utiliza una parte del órgano, mientras que en el riñón hay que esperar a que tenga entre 6-7 años, dependiendo de la fisionomía del menor, ya que es necesario que quepa en la cavidad abdominal.
De igual modo, Jara ha reconocido que uno de los problemas del trasplante pediátrico es la transición cuando los niños pasan a ser atendidos por médicos de adultos, ya que "hay chavales que dejan de tomar la medicación inmunosupresora y hay más riesgo de pérdida de órganos".
RED PARA COMPARTIR CONOCIMIENTO, NO ORGANOS
Precisamente uno de los objetivos de esta nueva red europea será "compartir conocimiento y experiencias" para ver cómo abordar esta transición, "para que el niño tenga calidad de vida mejor y haya mejor supervivencia y esté socialmente más protegido", según la coordinadora.
La red 'TransplantChild' está formada por 18 hospitales de 11 países: Alemania, Bélgica, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Italia, Lituania, Polonia, Portugal y Suecia, además de España.
"Se trata de una transferencia de conocimiento y experiencia, de compartir proyectos de investigación", ha señalado Matesanz, que niega que vaya a abrir la puerta a enviar niños a trasplantar de un país a otro, salvo que haya acuerdos bilaterales específicos como sucede entre España y Portugal, precisamente por la escasez de órganos que hay.