Han comenzado las labores de limpieza del acueducto de Segovia en su tramo urbano. Se va a retirar la vegetación que ha crecido entre sus sillares durante los últimos treinta años.
Es una tarea compleja y costosa que irá acompañada de una documentación pormenorizada del estado de sus piedras. Se prevé que los trabajos duren unos tres meses y costarán cerca de 40.000 euros.
Dos técnicos recorren todos los recovecos de este gigante de piedra romano de casi 2.000 años, datado entre los años 112 y 116 d. C y declarado en 1985 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En cada rincón formado entre sus sillares de granito los especialistas aplican un herbicida sistémico, que dejarán actuar entre una y dos semanas hasta que el producto haya matado cada planta desde la raíz y puedan proceder a retirarlas.
Para acceder a las zonas más altas del acueducto, los técnicos tendrán que usar una plataforma articulada que les permita trabajar a más de veinte metros de altura. monumento.
"Metedura de pata"
Más allá de la vegetación, el responsable de las labores, Carlos Sanz, observa estos días que la piedra del acueducto romano tiene "un problema que no se ha llegado a abordar en ningún momento" y es que, con el tiempo, se está perdiendo su relieve, como si se estuviera "desmenuzando".
El especialista ha apuntado que los tratamientos que se llevaron a cabo a partir de 1992 y que se presentaron en su día como "de consolidación" han resultado ser una "metedura de pata absoluta" y este es un asunto que está aún "por resolver".
"En ningún momento hay que alarmarse como si el acueducto estuviera para caerse, eso no, pero sí que hay temas que hay que ir abordando poco a poco", ha comentado el restaurador.