Los niños que vuelven estos días al colegio pueden ir preparándose para su regreso, levantándose y acostándose a la hora a la que lo hacen cuando acuden a las aulas una semana antes con el objetivo de facilitar su adaptación, señalan expertos como el vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría, José Antonio López Rodríguez, quien advierte de que un entorno familiar miedoso puede hacer que el niño experimente trastornos de ansiedad por separación.
Este experto revela que la 'vuelta al cole' "no es más que, salvando las distancia, lo mismo que la vuelta al trabajo de los adultos". Se trata de un "cambio de adaptación de una situación a otra", sostiene. Por tanto, "no tiene más importancia, salvo en grupos pequeños de niños que presentan trastornos de ansiedad por separación".
Así, estos pequeños, al separarse de su entorno familiar o, más concretamente, de su madre, "se encuentran ansiosos, inseguros y lloran". Son los típicos niños "que vemos en la puerta del colegio" y "que van a sufrir al principio", al no estar con su madre por la mañana y padecer síntomas de angustia y miedo. El resto, dice Rodríguez, "al tercer o cuatro día se recuperan". "En una semana o 10 días ya se han adaptado", apostilla.
Los menores que experimentan los síntomas de un trastorno de ansiedad por separación, insiste este profesional, suelen estar acostumbrados a "estar de la mano de su madre o padre" y a tener "una madre con miedo" a que el niño "se separe mucho". Por ello, recomienda acostumbrar al hijo a "un mayor desapego de la madre".
"No hay normas en la educación de los niños, no se le educa de ninguna manera, se le educa en función del carácter", considera este experto, quien explica que, de este modo, a los niños valientes que suelen explorar cosas nuevas y que "no quieren estar de la mano de su madre", hay que "frenarles". Mientras que a los niños miedosos hay que ir acostumbrarles "poco a poco" a la separación. "Socializarles, que vayan a dormir a casa de sus tíos o primos, pues si no, al niño le cuesta mucho trabajo separarse de la madre", argumenta.
Las reacciones típicas de un niño que padece esta problemática pasan por trastornos de conducta, carácter rebelde o negativa comer. Este experto recomienda esperar y ser paciente con el menor. "El niño tiene que aprender a estar sin su entorno", insiste. Sin embargo, en el caso de que sufra trastornos de sueño o dificultades para estudiar, se debería acudir a un especialista.
Así, en niños pequeños hay que acudir al psicólogo siempre que el entorno no pueda solucionar los problemas, recalca este experto, quien cree que, a veces, "son los propios padres los que tendrían que tranquilizarse un poquito y no trasmitir su propia angustia".
MOCHILAS CON RUEDAS
Por su parte, el coordinador del Comité de Prevención de Lesiones y Accidentes de la Asociación Española de Pediatría, Jordi Pou, explica a Europa Press que los niños, a fin de prevenir lesiones, tienen que llevar "mochilas que se sujeten bien y que lleguen hasta la cadera".
Además, estas mochilas tienen que pesar como máximo el 10 por ciento del peso total del niño. A ser posible, recomienda Pou, los menores deberían llevar mochilas con ruedas y cargar los menos posible, "aunque eso parece que es menos posible", apostilla.
En relación a la comida de los menores, explica que, por lo general, "los comedores suelen estar bien supervisados y funcionan bien". En el caso de que tengan que llevar 'tupper', los padres tienen que equilibrar "lo que coma al medio dia y lo de la noche".
Por último, este experto aclara que, durante septiembre, no se incrementan las visitas de los niños al pediatra, sino que lo hacen cuando llevan más o menos un mes escolarizados o al cambiar de temperatura. Entonces, los niños padecen fiebre, catarros, faringitis o diarreas, las patologías más padecidas por este colectivo.