El Juzgado de Primera Instancia 72 de Madrid ha condenado al marqués de Falces, José Ramón Suárez de Otero, a pagar 750.000 euros a los herederos de su tío, Pedro Velluti, por la venta en 2007 a la Junta de Castilla y León de la Tizona, espada del Cid Campeador.
De este modo, la sentencia, contra la que cabe recurso de apelación, da la razón a la familia del marqués que reclamaba la mitad del dinero embolsado por la operación de venta, considerando que la "mitad indivisa" de la histórica espada corresponde a los herederos de Pedro Velluti, siendo sustituidos éstos por sus herederos a su fallecimiento.
La Tizona fue depositada en los años 70 en el Museo del Ejército de Madrid, donde permaneció hasta que en 2007 el marqués de Falces la vendió a la Junta de Castilla y León por 1,5 millones de euros, aportados por parte del empresariado de la capital burgalesa.
Tras la adquisición, la espada se donó a la Comunidad y se depositó en el Museo de Burgos, situado en la calle Miranda de la capital burgalesa, en un acto presidido por el entonces primer edil Juan Carlos Aparicio.
Fue en medio de estos trámites cuando los familiares del marques de Falces conocen la venta de la Tizona y la posibilidad de que ésta fuese parte de su herencia e inician los trámites judiciales pertinentes para reclamar parte del dinero logrado con la operación.
La venta de la histórica espada estuvo marcada en todo momento por la polémica, puesto que el Ministerio de Cultura rechazó la compra al dudar de la autenticidad de la pieza.