Científicos han detectado una antigua nova que fue vista por primera vez hace casi 600 años por astrólogos coreanos. Estos astrólogos descubrieron una nueva estrella brillante en la cola de la constelación Scorpius, que sólo pudo observarse durante 14 días antes de desaparecer de la vista. De estos registros antiguos, los astrónomos modernos determinaron que lo que los Astrólogos Imperiales Reales vieron fue una explosión nova, pero no habían podido encontrar el sistema de estrellas binarias que lo causó.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado este miércoles por la revista 'Nature' señala la ubicación de esta nova, que ahora experimenta una escala más pequeña de erupciones en nova enana. El trabajo apoya la idea de que las novas pasan por un ciclo de vida a muy largo plazo después de la erupción, desapareciendo en la oscuridad durante miles de años, y luego formándose de nuevo para convertirse en novas una vez más.
"Esta es la primera nova que se ha recuperado con certeza basándose en los registros chinos, coreanos y japoneses de casi 2.500 años", afirma el autor principal del estudio, Michael Shara, conservador del Departamento de Astrofísica del Museo Americano de Historia Natural. El estudio se ha basado en observaciones del Gran Telescopio de Africa del Sur (SALT) y de los telescopios Swope y Dupont de los Observatorios de Las Campanas.
Una nova es una colosal bomba de hidrógeno producida en un sistema binario donde una estrella como el Sol está siendo canibalizada por una enana blanca --una estrella muerta--. La enana blanca tarda unos 100.000 años en construir una capa crítica de hidrógeno, que roba a este astro semejante al Sol, y cuando lo hace, sopla el envoltorio, produciendo una ráfaga de luz que hace que la estrella brille hasta 300.000 veces más que el Sol en cualquier lugar desde unos pocos días hasta unos pocos meses.
Durante años, Michael Shara ha tratado de identificar la ubicación de la estrella binaria que produjo la erupción nova en 1437, junto con Richard Stephenson, de la Universidad de Durham, historiador de los registros astronómicos asiáticos antiguos y el astrofísico Mike Bode, de la Universidad John Moores de Liverpool.
EL CICLO DE VIDA DE UNA NOVA
Los tres investigadores expandieron recientemente el campo de búsqueda y encontraron la concha eyectada de la nova clásica. Y confirmaron el hallazgo con otro tipo de registro histórico: una placa fotográfica de 1923 tomada en la estación del Observatorio de Harvard, en Perú, y actualmente disponible en línea como parte del proyecto Digitizing a Sky Century at Harvard (DASCH).
"Con esta placa, podríamos averiguar cuánto se ha movido la estrella en este siglo desde que se tomó la foto", asegura Shara. "Entonces, lo remontamos seis siglos y `bingo!. Allí estaba, justo en el centro de nuestra concha. Ese es el reloj, lo que nos convenció de que tenía que ser correcto", añade.
Otras placas DASCH de la década de 1940 ayudaron a revelar que el sistema es ahora una nova enana, lo que indica que los llamados 'binarios cataclísmicos' --novas, variables de nova-like y enanas nova-- son sólo una misma cosa, entidades no separadas como se ha sugerido previamente. Después de una erupción, una nova se vuelve nova-like y después una nova enana. Después, tras una posible hibernación, vuelve a ser nova-like y luego una nova, haciendo esto una y otra vez. Así hasta unas 100.000 veces durante miles de millones de años.
"De la misma manera que un huevo, una oruga, una larva y una mariposa, son todas las etapas de la vida del mismo organismo, ahora tenemos un fuerte apoyo a la idea de que estos binarios son todos la misma cosa vista en diferentes fases de sus vidas", explica Shara.
"El verdadero desafío en la comprensión de la evolución de estos sistemas es que, a diferencia de ver el huevo transformarse en la eventual mariposa, que puede suceder en sólo un mes, el ciclo de vida de una nova es de cientos de miles de años --continúa--. El tiempo suficiente para ver un sólo ciclo completo. El avance fue ser capaz de conciliar la grabación coreana de 580 años de este evento a la enana nova y la concha de nova que vemos en el cielo hoy en día".