Un golpe de calor es un fallo multiorgánico producido por una prolongada elevación de temperatura del organismo. La expresión "un calor para morirse" no sólo es una expresión sino una realidad que se repite cada año ya que en 2010 fallecieron 15 personas en España como consecuencia de las altas temperaturas.
Un golpe de calor se identifica con cansancio, calambres musculares, estados de confusión mental que pueden desembocar en fallos multiorgánicos, un coma y la muerte, tal y como nos recuerda el doctor Jesús Canora coordinador de Urgencias del Hospital de Fuenlabrada de Madrid.
El problema es que como éstos síntomas son confusos, con frecuencia pueden atribuirse a otra patología. Es importante que en los servicios de urgencia de los hospitales se haga saber si el paciente ha estado cerca de una fuente de calor para actuar cuanto antes ya que según algunos estudios el índice de mortalidad de esta patología puede llegar a ser del 70%.
Si nos encontramos con alguien afectado por un golpe de calor lo importante es reducir su temperatura cuanto antes. Sumergirle en agua con una temperatura superior a 15 grados, y si no es posible desnudarle, ponerle a la sombra y taparle con sábanas y toallas húmedas. En el caso de disponer de un ventilador también es aconsejable dirigirlo hacia el paciente para acelerar la disminución de su temperatura.
Para prevenir los golpes de calor conviene que ancianos y niños estén bien hidratados, utilicen ropa clara y ligera y sobre todo que la gente en general no lleve a cabo actividad física fuerte en las horas centrales del día.