Tras el anuncio de Alfredo Pérez Rubalcaba de que abandona el Gobierno, sólo queda esperar que el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, comunique al Rey los nombres de quienes asumirán sus funciones, pero las quinielas en medios políticos y periodísticos no se han hecho esperar. La decisión se conocerá previsiblemente después del fin de semana, una vez que Rubalcaba pronuncie este sábado su primer discurso como candidato oficial del PSOE para las próximas elecciones generales.
Rubalcaba ha dejado claro que será Zapatero el que decida quién le sustituirá en los tres cargos que ahora desempeña -vicepresidente primero, ministro del Interior y portavoz- y si la remodelación implicará a más ministerios, aunque nadie duda de que el candidato no será ajeno a los futuros cambios.
El presidente del Gobierno deberá acudir al Palacio de la Zarzuela para informar al Rey de sus intenciones y, si sigue el protocolo que ha aplicado en otras ocasiones similares, después convocará a los medios de comunicación en La Moncloa para anunciar los nombramientos.
Entre los eventuales sustitutos de Rubalcaba en el Ministerio del Interior el nombre más barajado estos días es el de su "eterno" número dos en el departamento, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho. Fiscal y responsable de Seguridad desde que Zapatero llegó al Gobierno, Camacho es hombre de confianza de Rubalcaba y conoce a fondo los entresijos de la lucha contra ETA, dato clave cuando el Gobierno considera que se encuentra ya ante la fase final de la banda terrorista.
Al frente de la portavocía del Gobierno muchos de los responsables del PSOE ven sin dudar al actual ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, considerado junto a Rubalcaba uno de los mejores comunicadores con los que cuenta el partido en estos momentos. Él guarda silencio cuando se le pregunta, pero deja claro que acatará las órdenes del presidente del Gobierno, como cuando el pasado mes de octubre abandonó sin dudar el Parlamento Europeo para integrarse en el gabinete. Ésa fue la última remodelación del Ejecutivo que Zapatero ha abordado por el momento y el objetivo, como transmitió a los ministros en la primera reunión que mantuvo con ellos tras los cambios, era contar con "quince portavoces". Pero junto a Rubalcaba sólo ha estado Jaúregui, que ha multiplicado sus apariciones en los medios de comunicación.
Más dudas suscita el puesto de vicepresidente primero y en el PSOE opinan que Zapatero podría limitarse a ascender a ese puesto a la vicepresidenta segunda, Elena Salgado.
Sería éste el mismo movimiento que hizo José María Aznar en septiembre de 2003. Al día siguiente de que la Junta Directiva del PP designara a Mariano Rajoy secretario general y candidato a la presidencia del Gobierno, Aznar remodeló su gabinete y ascendió a Rodrigo Rato a la vicepresidencia primera, ya que, hasta entonces, era vicepresidente segundo y titular de Economía.
Las fuentes consultadas dudan de que Zapatero tenga intención de introducir caras nuevas en el Ejecutivo cuando éste afronta ya su recta final. Sin embargo, no descartan que pueda recuperar para el Gobierno a algunos ex ministros. José Bono o José Antonio Alonso están en esas quinielas.