Se juzga al etarra "Txapote" por ordenar el asesinato de un ex consejero vasco

  • José Ramon Recalde pide a ETA que reconozca su derrota
Un juez concede el primer permiso al jefe de ETA Txapote para visitar a su padre
Un juez concede el primer permiso al jefe de ETA Txapote para visitar a su padre |Telemadrid

Es el momento en el que Javier García Gaztelu, Txapote, ex jefe militar de ETA se niega a declarar en el juicio por el atentado de José Ramón Recalde, exconsejero vasco de Educación, tiroteado en la cara, en septiembre de 2000.

Según la fiscalía, Txapote ordenó su asesinato, y por eso pide para él y para los tres miembros del Comando Argala que ejecutaron sus órdenes, 19 años de prisión.

Recalde con dificultades para expresarse consecuencia del atentado, ha recordado cómo le atacaron.

EL EX CONSEJERO PIDE A ETA QUE RECONOZCA SU DERROTA

El ex consejero de Justicia y Educación del Gobierno Vasco José Ramón Rekalde (PSE) ha pedido hoy a la banda terrorista ETA que reconozca y exprese su derrota y le advierte de que con exigencias a los gobiernos de España y Francia "no se va a avanzar mucho".

Rekalde ha hecho estas declaraciones a su llegada a la Audiencia Nacional para asistir junto a su mujer al juicio contra Francisco Javier García Gaztelu, "Txapote", y tres miembros del "comando Argala" de ETA por disparar contra él, el 14 de septiembre de 2000 en San Sebastián, lo que le causó graves heridas en la cara.

Según ha comentado Rekalde a los periodistas, aunque ETA va tomando conciencia de que ha sido derrotada, debe de "saber hacerlo expresar".

"Mientras ETA esté pensando que hay que exigir a los gobiernos democráticos de España y Francia, no se va a avanzar mucho", ha insistido.

Por el atentado contra el exconsejero, la fiscal Ana Noé pide que "Txapote" y los tres integrantes del "Argala" -Andoni Otegi, Oscar Zelarain y Juan Carlos Besance- sean condenados cada uno a 19 años de cárcel por un delito de asesinato terrorista en grado de tentativa, además de reclamar para la víctima una indemnización de 300.000 euros por las secuelas sufridas.