El juez del "caso Rato" decidirá hoy si mantiene en prisión a Alberto Portuondo, administrador de la sociedad pantalla gracias a la que Rodrigo Rato cobró supuestamente comisiones a cambio de la adjudicación de los contratos de publicidad de Bankia y que fue detenido el pasado domingo. Portuondo comparecerá en los Juzgados de Plaza de Castilla ante el juez Antonio Serrano-Arnal, que tras escucharle deberá decidir si ratifica o no la orden de prisión que dictó el pasado domingo su compañero del Juzgado de Instrucción nº 10, en funciones de guardia ese día.
El administrador único y liquidador de Albisa Inversiones fue arrestado por la Guardia Civil en el aeropuerto de Barajas cuando se disponía a viajar a México, país en el que reside, tras haber pasado sus vacaciones en España, según han explicado fuentes de la investigación.
Ante el riesgo de que su regreso a aquel país fuera en realidad una huida y el peligro de que el arrestado pudiera destruir pruebas, la Fiscalía de Madrid, en colaboración con Anticorrupción, terminó pidiendo su entrada en la cárcel y la retirada de su pasaporte.
Desde que la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) alertara en su último informe remitido al Juzgado a finales de julio de que Rato podía haber estado blanqueando dinero en el exterior, los investigadores de la UCO pusieron el foco sobre la figura de Portuondo.
Según los investigadores, el empresario, que prestaba servicios de consultoría a la presidencia de Bankia mientras estuvo ocupada por el ex director gerente del FMI, pudo interceder para que Zenith Media y Publicis Comunicaciones se hicieran con el concurso de las campañas de publicidad de la entidad en 2010 y 2011, llevándose a cambio hasta dos millones en comisiones.
Ambas empresas multiplicaron su facturación con la entidad bajo el mandato de Rato, y solo Zenith pasó de 150.000 euros en 2010 a 24 millones al año siguiente y 16 millones en 2012, año en el que Juan Ignacio Gorigolzarri se hizo con las riendas del banco.
De los dos millones cobrados en comisiones por servicios que en realidad no realizó, casi uno acabaría en manos de la principal empresa de Rato investigada, Kradonara, que a su vez habría desviado 420.000 euros a la alemana Bagerpleta GmbH, propietaria de un hotel en Berlín y de la que el exministro de Economía posee un 44 %.