El candidato del PSOE a la Moncloa, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha avisado hoy del riesgo de que luchando contra el bipartidismo se llegue a un "monopartidismo de la derecha" que acabe fragmentando a la izquierda, porque de eso sólo "hay un perjudicado": los trabajadores y los derechos sociales.
Acompañado por la ministra de Defensa y "número uno" por Barcelona, Carme Chacón, Rubalcaba ha cerrado su jornada catalana de hoy con un mitin en el Centro de Convenciones Internacional de la ciudad condal, ante unos 10.000 simpatizantes y militantes socialistas.
Según ha explicado ante un auditorio entregado, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero son el "modelo" de presidente del Gobierno que él quiere ser, porque han sido patriotas y han gobernado siempre en función del interés general, incluso aunque perjudicara a los intereses electorales del PSOE.
Echando la vista atrás, ha reconocido que ahora los socialistas harían algunas cosas de manera distinta a como las han hecho estando en el Gobierno, pero ha remachado que, en cualquier caso, hay que "dar la cara".
"Nos ha guiado siempre el nombre del interés general y en nombre del interés general hemos sacrificado a veces nuestros propios intereses electorales", ha argumentado Rubalcaba.
Así las cosas, se ha quejado de que haya "mucho patriota, muchos que se llaman patriotas y luego utilizan la crisis y el sufrimiento para sacar votos" y la ha contrapuesto con la actuación del PSOE, que siempre -ha insistido- ha mirado por el interés general.
"Hemos ejercido el Gobierno como hemos aprendido a ejercerlo de nuestro mayores, con responsabilidad; hemos hecho lo que teníamos que hacer", ha rematado.
En este escenario ha pedido el voto a los progresistas catalanes para que los socialistas tengan "la fuerza necesaria para impedir que haya retrocesos" en España, para que haya un PSOE fuerte.
A quienes critican el bipartidismo les ha dicho que no se confundan, porque "una cosa es la pluralidad y otra fragmentar la izquierda", porque de esa fragmentación los únicos perjudicados son los trabajadores y los derechos sociales.
Ha puesto el acento, en este sentido, en que hace falta un PSOE "fuerte" para impedir que la derecha utilice la crisis como coartada de sus recortes y para defender los intereses del conjunto de los ciudadanos.
Frente a ellos ha situado al líder del PP, Mariano Rajoy, y su "indecencia democrática" de no decir lo que quiere hacer si gana las elecciones.
Y es que, a su entender, el ejemplo de presidente es el de un político que tiene ideas claras, resolución para llevarlas a cabo, capacidad de comprometerse con los ciudadanos y sensibilidad hacia los que más sufren, algo que ha personificado en González y Zapatero y que no caracteriza, a su juicio, a Rajoy.
Como en toda la campaña, Rubalcaba ha hecho hincapié en que Rajoy se propone llevar a cabo recortes en sanidad y educación públicas, prestaciones por desempleo y derechos sociales, algo que "no es razonable, no es sensato y, sobre todo, no es justo" en una época de crisis como la actual.
Metido en la crisis, ha puesto el acento en la necesidad de que los políticos frenen a unos mercados que ahora "campan por sus respetos" precisamente porque los políticos les han dejado hacerlo hasta ahora y ha pedido el voto para que la política se imponga y los ordene.
Cuando queda un día para que acabe la campaña, el candidato socialista ha confesado que ha sido "durísima", habida cuenta de que ha tenido una tarea triple: la de explicar su programa, la de explicar el programa del PP y la de explicar lo que el PP no cuenta en su programa.
No figura, ha relatado, aquello que les pueden costar algún voto, porque la estrategia del PP en toda la legislatura ha sido: "Todo a favor mío, la crisis a favor mío. Que España va a peor, que vaya todavía peor a favor mío".
Carme Chacón, por su parte, ha llamado a la Cataluña progresista a parar la "estafa y el fraude democrático" de un PP que, según ha dicho, oculta sus intenciones y "miente" para llegar al poder, y ha agradecido a Rubalcaba el fin de ETA.
Cinco activistas antitaurinos han intentado paralizar el discurso de Rubalcaba con gritos y exhibición de carteles en contra de los "correbous" y han sido reducidos y sacados en volandas por los servicios de seguridad.