El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha estrenado en el Senado con un reproche al PSOE, el de los tres millones de despidos de la pasada legislatura, y con una promesa, la de hacer lo que esté en su mano para ayudar a las tres administraciones públicas a cumplir los objetivos de déficit.
Rajoy ha respondido por primera vez a las preguntas de la sesión de control del Senado, donde ha vuelto a enumerar y defender las medidas económicas que ha tomado hasta la fecha, incluida la reforma laboral, y ha insistido en la responsabilidad de todos -Estado, comunidades y ayuntamiento- para acabar con el elevado saldo negativo de las cuentas públicas.
Su primer cara a cara en la Cámara Alta ha sido con el portavoz socialista, Marcelino Iglesias, quien para empezar le ha reprochado su tardanza en comparecer en el Senado, que lleva activo, como el Congreso, desde el pasado 13 de diciembre.
Tras agradecer la "condicionada" bienvenida de Iglesias, Rajoy ha respondido a la pregunta del portavoz socialista, que aseguraba que la reforma laboral está provocando inquietud en la ciudadanía. "Con absoluta sinceridad, lo que genera más inquietud es que haya más de cinco millones de personas quieran trabajar y no pueden hacerlo, o que estén uno cada de dos jóvenes en esa situación y un millón y medio de familias tengan a todos sus miembros en paro. Eso es lo que genera más inquietud", ha dicho el presidente.
Marcelino Iglesias ha lanzado duras críticas a la reforma laboral, que según ha dicho supone la "laminación total" de las relaciones laborales y es, en definitiva, "la ley del despido libre y gratuito".
Un reproche al que Rajoy ha contestado con otro, al pedir a Iglesias que no le hable de despidos porque en los últimos cuatro años de Gobierno socialista ha habido tres millones de rescisiones de contratos y "por eso es necesaria" ahora dicha reforma. Mariano Rajoy ha insistido en que la norma pone sobre la mesa "medidas para que no haya despidos y para que haya contratos".
Según ha subrayado, "lo único que se hizo" con la última reforma laboral del PSOE fue facilitar los "contratos temporales encadenados para siempre", que hacían "metafísicamente imposible" el empleo indefinido y ahora se potencia la inserción laboral para jóvenes con el contrato de formación y se incentiva la contratación indefinida en las pymes.
También ha defendido los mecanismos de "flexibilidad interna" para evitar que los reveses de las empresas se traduzcan automáticamente en la pérdida de empleo.
EL DÉFICIT UN PROBLEMA DE TODOS
Tras la reforma laboral le ha tocado a Rajoy defender el objetivo de déficit marcado para 2012 del 5,8 % del PIB y, sobre todo, el reparto de dicho compromiso, que obliga a las comunidades autónomas a cerrar el año con un saldo negativo en sus cuentas del 1,5 %.
En la misma jornada en la que el Gobierno discute con las comunidades este objetivo en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), Rajoy ha insistido en que todas las administraciones tienen que poner de su parte.
Ante el reproche del portavoz de CiU, Jordi Vilajoana, quien ha señalado que el Gobierno se reparte "las mejores cartas" con una mayor flexibilización del déficit que las comunidades, Rajoy ha subrayado que también ven éstas "relajado" su objetivo, pero no se puede olvidar que fueron las administraciones que más incumplieron con los compromisos en 2011.
En cualquier caso el jefe del Ejecutivo ha asegurado que le importa tanto el déficit del Estado como el de comunidades y ayuntamientos y ha prometido que hará cuanto esté en sus manos "para resolver los problemas de todos".
Además ha reconocido el esfuerzo por la consolidación fiscal que la Generalitat, gobernada por CiU, ha hecho en los últimos tiempos "con el apoyo único del PP".
Rajoy, que ha sido recibido con aplausos por la bancada del PP a su llegada al hemiciclo del Senado, volverá a la Cámara Alta una vez al mes para responder a las preguntas de la oposición en la sesión de control, como hacía su antecesor en el cargo, José Luis Rodríguez Zapatero.