El candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, ha evitado alusiones a la situación de la deuda española, cuyos bonos se han emitido hoy a un interés de máximos históricos, pero a instancias de un asistente a su mitin, ha espetado: "¿Embargados estamos? Ahí, ahí, pero saldremos".
En Badajoz, ante 1.500 personas según la organización, Rajoy hablaba de la situación del crédito en España y de cuánto absorbe la administración cuando un ciudadano ha alzado la voz para manifestar que España lo que está es "embargada".
El líder de los populares ha interrumpido su discurso para responder a estas palabras y si bien no ha reconocido que el estado de las finanzas en España se asemeja a un embargo, sí ha dicho que poco falta para que así sea.
Rajoy no ha comentado para nada el resultado de la venta de bonos a 10 años del Tesoro español, que al final ha colocado más de 3.500 millones de euros, aunque pagando un interés del 7 por ciento, un índice de rentabilidad que le sitúa en niveles similares a los que pagaba Portugal antes de que la UE le diera dinero para sanear sus cuentas.
Ha pasado por este asunto de pasada y se ha limitado a promover la necesidad de austeridad en la administración, ya que si los españoles y las familias hasta ahora se "han apretado el cinturón" y "las empresas han hecho números", algo parecido tendrán que hacer los estamentos del Estado.
También apoyará a los emprendedores y reactivará la circulación de dinero gracias a la culminación de la reestructuración bancaria.
El presidente del PP ha indicado que "lo que viene por delante no va a ser fácil" y que él ni tiene "varitas mágicas ni pócimas milagrosas". Esto "no se va a resolver en un mes", ha sentenciado.
Siempre que ha lanzado este mensaje de concienciación durante la campaña, Rajoy, acto seguido, ha expresado su convicción en las posibilidades de España para salir de la crisis, sobre todo porque hace 15 años se produjo un desenlace igual a través del Gobierno de José María Aznar.
"Las cosas en España se pueden hacer y se deben hacer, y se van a hacer infinitamente mejor que durante estos cuatro años", ha recalcado.
Su Gobierno será "fuerte" y necesitará de los máximos votos posibles para que la mayoría sea holgada, ya que así podrá enviarse a Europa un mensaje de confianza.
Rajoy lo ha expresado con estas palabras: "Cuantos más apoyos tenga el cambio político, más claro y nítido será el mensaje del pueblo español a Europa; más grande será el caudal de confianza si tenemos los máximos apoyos".
Según ha afirmado, "ese Gobierno fuerte que necesita España debe ser un Gobierno como si no fuera tan fuerte" y hacer del diálogo, pero también del rigor y del orden y del compromiso, su vehículo de actuación.
Para Rajoy, está en juego "un gran proyecto de recuperación nacional" y la viabilidad de ese proyecto que siente las bases del crecimiento es lo que se discute dentro de tres días.
Ha subrayado que al menos en España el Gobierno que asuma la responsabilidad de mitigar la crisis sale de las urnas, ya que en otros países "se están formando Ejecutivos presididos por personas que no salen de ninguna elección y que no estaban en el Parlamento".
El líder del PP no ha discutido su legitimidad, pero ha dejado claro que no le gusta, porque su partido, y en su opinión los españoles, quieren un Gobierno de "políticos serios, formales y elegidos por la gente".