El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol (CiU) ha sentenciado este viernes que "en España no funciona nada", tampoco los tribunales, lo que, a su juicio, se demuestra tras la interlocutoria del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) sobre el catalán y el castellano en las escuelas.
En la presentación del libro póstumo de Santiago Carrillo 'Mi testamento político', acompañado por el expresidente catalán José Montilla, ha asegurado que en España no funciona el Tribunal Constitucional (TC), los partidos, las Cortes, el Banco de España, el Tribunal Supremo (TS) ni las autonomías.
Según Pujol, tras 25 años de inmersión ling~ística "no hay un problema ling~ístico en la calle, ni para los catalanohablantes, ni para los castellanohablantes" en respuesta a un periodista sobre el auto del TJSC, y ha criticado que haya sentencias que pongan en riesgo cuestiones como la lengua.
También ha defendido que el respeto a la lengua es un problema de tanta trascendencia "como el respeto a las competencias o a la financiación".
Para Pujol, la defensa del catalán es parte del núcleo duro del catalanismo junto con la reivindicación cultural y la memoria histórica, y ha lamentado que se imponga este debate cuando "durante años ha funcionado un sistema que no ha creado ningún problema".
"La idea que esto crea un gran malestar social es falso", ha añadido el expresidente catalán, quien ha recibido el apoyo de Montilla en la defensa de la inmersión.
MONTILLA: "ES UN ERROR" PORQUE CREA PROBLEMAS
Para el expresidente socialista, el auto del TSJC es "un error porque los tribunales deben estar para solucionar problemas, y no para crearlos".
En su opinión, el debate ling~ístico no está presente a nivel social ni en la escuela, por lo que ha sentenciado: "Judicializar el tema de la lengua es lo peor que se puede hacer, y es una grave irresponsabilidad por parte de aquellos que lo hacen, porque tratan de generar un conflicto donde no lo hay".
El hijo del exdirigente comunista Santiago Carrillo Menéndez ha recordado la relación que tenía con Cataluña y que, ha concretado, se basaba en la comprensión de su carácter "nacional" y en considerar que era clave para crear una España democrática, progresista y plurinacional.