Pedro Sánchez: "He contemplado la posibilidad de dimitir, pero tirar la toalla no es una opción"
El Presidente del Gobierno comparece en el Congreso de los Diputados para dar explicaciones sobre los casos de corrupción en el Partido Socialista
Sánchez considera que estos casos no justifican el "torrente de insultos" que a su juicio están recibiendo los cargos socialistas en toda España
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reconocido este miércoles en el Congreso tener una sensación de "decepción" consigo mismo y en quienes "nunca debió confiar" en el secretario de Organización del PSOE Santos Cerdán, pero al mismo tiempo se ha reivindicado como un "político limpio" y de ser quien lidera un "partido ejemplar".
Sánchez, ha admitido que barajó en su momento dimitir y convocar elecciones por el caso Koldo porque parecía la solución "más sencilla" para él y su familia, pero que tras reflexionar, decidió "no tirar la toalla" y seguir adelante.
En su comparecencia monográfica por corrupción ante el pleno del Congreso, Sánchez ha reconocido que estudió todas las opciones para dar salida a la crisis abierta por el supuesto caso de corrupción del exsecretario de Organización socialista Santos Cerdán, pero ha subrayado que seguirá porque es un "político limpio" y pretende "defender la integridad" del que ha destacado que es un "partido ejemplar".
Sánchez, que ha recibido un gran aplauso de la bancada socialista al subir a la tribuna antes de tomar la palabra, se ha dirigido a los grupos parlamentarios que apoyan al Gobierno y a la ciudadanía para asegurar que, aunque comprende las dudas de los ciudadanos, no tenía conocimiento de las "corruptelas" de Cerdán y del exministro José Luis Ábalos.
Ha reconocido su "profunda decepción" y su error de haber depositado en ellos su confianza y, tras admitir que la dimisión y la convocatoria electorar han estado entre las opciones que ha barajado, ha argumentado que va a seguir al frente del Gobierno hasta 2027, cuando tocan las elecciones generales, porque pretende "recuperar la confianza" de los grupos parlamentarios que apoyaron su investidura.
"Voy a estar a la altura, voy a satisfacer sus expectativas de regeneración y con los compromisos que adquirí con ellos", ha enfatizado.
Por último, ha añadido un tercer motivo por el que no tirar la toalla: "El proyecto político que represento desde hace siete años va mucho más allá de mi persona y aún no está terminado".
El líder del PSOE considera que estos casos no justifican el "torrente de insultos" que a su juicio están recibiendo los cargos socialistas en toda España, pero piensa que puede provocar "dudas legítimas" que deben ser contestadas.
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