El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska ha enviado a prisión a Iñigo Zapirain Romano, Beatriz Echevarria Caballero y Lorena López Díez después de que el primero reconociera, uno por uno, la participación del 'comando' al que pertenecían en dos asesinatos y otros 12 atentados, informaron fuentes jurídicas.
En su declaración ante la Guardia Civil, confirmada ahora en sede judicial, Zapiarain reconoció que el 'comando Otazua' participó en un total de 14 acciones terroristas, entre ellas las que costaron la vida al inspector del Cuerpo Nacional de Policía Antonio Eduardo Puelles, que fue asesinado con una bomba lapa adosada a su vehículo en Arrigorriaga (Vizcaya) en junio de 2009, y al brigada del Ejército Luis Conde, que murió en septiembre de 2008 en Santoña (Cantabria) al estallar un vehículo cargado de explosivos.
Tras tomarles declaración este sábado, el magistrado ha decretado su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por los delitos de integración en organización terrorista, tenencia de armas y explosivos y falsificación de documentos.
Los tres detenidos se suman así al presunto jefe del 'comando', Daniel Pastor Alonso, al que Grande-Marlaska tomó declaración el viernes después de que se autolesionara en dos ocasiones al golpearse el puño derecho y la cabeza contra la pared de su celda. Al igual que sus compañeros, el instructor le envió a prisión por los mismos delitos.
Además, los presuntos miembros del 'comando Otazua', según fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por Europa Press, guardaban en sus respectivos domicilios información sobre posibles objetivos, entre los que se encontraban miembros de la Policía autónoma vasca y jueces.
ARMAS Y EXPLOSIVOS INCAUTADOS
El 'comando Otazua' operaba en la provincia de Vizcaya y "otras limítrofes", entre ellas Cantabria y Burgos, según el auto que Grande-Marlaska redactó el viernes para enviar a prisión a Pastor Alonso. También detallaba que en el domicilio que éste y Lorena López compartían en el barrio Aperribai 4B de Galdácano (Vizcaya) se encontró un subfusil provisto de cargadores y abundante munición para el mismo, una pistola lista para su uso con varios cargadores, y documentos de identidad y policiales falsos.
Además, los dos presuntos etarras almacenaban unos 200 kilos de material explosivo, entre ellos unos 100 kilos de sustancia pulverulenta blanca, 50 de amonitrato, 48 de nitrato, pentrita y otras cantidades menores de polvo de aluminio y nitrometano, así como detonadores, cordón detonante, ollas a presión y tornillería.