La dirección de IU ha asegurado a Efe que la coalición electoral que han empezado a negociar con Podemos ya "no tiene vuelta atrás", si bien han dejado el "escollo" de las listas, incluido el lugar que ocupará Alberto Garzón, para la última fase del proceso por ser lo más problemático.
En cualquier caso, algunas fuentes de la dirección afirman que entre ambas organizaciones existe "un pacto no escrito" de que la discusión sobre el puesto que ocupe Garzón "no se puede cargar el acuerdo".
Lo lógico sería, dicen, que el portavoz de IU, vaya por la circunscripción de Madrid en un puesto de salida, y si bien ya han renunciado al "número tres" una vez que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha confirmado a Íñigo Errejón en ese lugar, podrían negociar un cuarto o un quinto.
No contemplan, por tanto, que vaya encabezando la candidatura por Málaga como en un principio se pudo barajar, aunque es una cuestión que se tratará al final de la negociación y con la firme voluntad de "buscar alternativas".
Después de que ayer la Presidencia federal de IU diera un respaldo mayoritario a Garzón para abrir negociaciones con Podemos, las mismas fuentes aseguran que el camino está trazado "y es imposible romperlo".
Y es así una vez que se ha superado la última traba para que IU y Podemos vayan de la mano a las nuevas elecciones: concurrir bajo la fórmula de la coalición electoral, una exigencia de Garzón, que da a Izquierda Unida plenas garantías políticas y jurídicas.
Afirman que Errejón no ha sido traba en ningún momento pese "a lo que se ha dicho por ahí" y de hecho subrayan que les ha garantizado "personalmente" ser un firme defensor de la coalición. Otra cosa es qué diseño tiene Errejón en mente de la campaña o cómo quiere trasladar el mensaje político a los votantes, pero es "falso" que sea enemigo de IU.
Las negociaciones, que llevan los secretarios de Organización de IU y Podemos, Adolfo Barrena y Pablo Echenique, respectivamente, han empezado oficialmente hoy aunque ya se habían producido contactos para ir desbrozando la vía de la confluencia después del portazo que Iglesias dio a Garzón el año pasado a su idea de concurrir juntos en diciembre.
Ahora, además de las listas, toca hablar de programas, de cómo encajar los programas electorales y del futuro grupo parlamentario, y para hacerlo apenas tienen dos semanas porque el 13 de mayo es el último día para presentar ante la Junta Electoral las coaliciones.
Sobre el formato de la campaña, IU cree que lo más conveniente para ambas fuerzas es acudir juntas al entender que tiene un efecto "multiplicador", aunque pueden ir por separado en aquellos lugares donde haya más diferencias entre las dos, como por ejemplo, en Asturias, donde la relación con Podemos es muy tensa.
No habrá un programa conjunto, pero sí una propuesta "mínima" de quince o veinte propuestas comunes, que tienen discutir estos días, además del papel que tendrá IU en el grupo parlamentario que se conforme en la próxima legislatura. Un papel que tiene que ser "visible" aunque proporcional a su peso, y por eso asumen que igual Garzón podría ser el portavoz económico en el Congreso.
También tienen que hablar de las siglas o el nombre que aparecerá en la papeleta electoral y se han barajado distintas opciones como Podemos-Unidad Popular o Podemos-En Común, si bien Izquierda Unida no descarta que finalmente aparezcan sus siglas.
De todos modos, insisten en que para ellos no es problema que su marca no figure en la papeleta porque jurídicamente tienen asegurada su independencia y, en cualquier caso, aparecerá en la cartelería y en los escenarios de campaña.
Izquierda Unida se muestra muy optimista por los resultados que pueda obtener el equipo Podemos-IU, más las otras formaciones que se incorporen, hasta el punto de que piensan que pueden ganar las elecciones, lo que no significa gobernar, pero en todo caso aventuran que por parte de IU podrían incorporar al menos una decena de escaños.