El recien nombrado presidente de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional, Fernando Grande Marlaska, no descarta reabrir el 11M si hay "circustancias nuevas". Estas declaraciones se producen tras la aparición del único vagón que no se destruyó tras los atentados del 11-M. Los expertos que participaron en la prueba pericial de los explosivos han lamentado que no se les informara de que existía esta prueba.
"Me aporta una gran rabia de no haber popido llegar a la verdad y no haberseme dicho la verdad", asegura Carlos Romero Batallán. Es uno de los peritos independientes en el 11M. Habla de "profunda frutración". Ayer veía como se tapaba el cobertizo donde "Libertad Digital" venía de publicar que están guardados los restos del vagón que estalló en la estación de Santa Eugenia.
Los peritos tuvieron que hacer las pruebas del explosivo con 23 pequeñas muestras, 22 lavadas con agua y acetona, y dejaron dudas sobre lo que explotó.
Con ese vagón, oculto hasta ahora, se podía haber conocido el explosivo exacto, pero el Jefe de la Pericia les dijo que no había trenes para investigar... "Me dijo que eso no se podía hacer porque todos los vagones habían sido desguazados y fundidos en un alto horno".
Ahora, los restos que la empresa Tafesa oculta no sirven de nada, han perdido todo el valor probatorio. "Ya no están custodiadas, se ha roto la cadena de custodia, pero si en su momento se hubiera hecho la cuzstodia hubieramos llegado a la verdad sin ninguna duda", afirma Romero Batallán.
El hallazgo de los restos del vagón se ha producido gracias a la investigación de la jueza Coro Cillán, a la que la Audiencia Provincial de Madrid le ha ordenado que dé carpetazo.
El nuevo presidente de la sala de los Penal de la Audiencia Nacional, Fernando Grande Marlaska, dice que no es voz autorizada por encima de sus compañeros, pero él no descarta reabrir el caso "si hay circunstancias nuevas a valorar, alguna de las partes lo pide y es razonable". "No me voy a anticipar", ha apuntado.
Otro de los peritos, Antonio Iglesias, dice que los restos sí pueden aportar para saber qué explotó en los trenes, porque cada explosivo rompe la materia de una forma distinta.