El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, afirma que "los presos de ETA han de saber que no habrá tratamiento colectivo, ni amnistías que no permita la Constitución, ni indultos colectivos", y ha subrayado que "no va a haber negociación política ni con ETA ni con sus presos".
Fernández Díaz ha dicho este martes, en la inauguración de la nueva cárcel de Pamplona, que "el Estado de Derecho no puede negociar con una organización terrorista" y ha advertido de que "no basta con el cese definitivo de ETA sino que exigimos su disolución".
El ministro ha subrayado que "el Gobierno no está en tregua y mientras no se disuelva ETA, la Guardia Civil, la Policía y el Estado de Derecho van a seguir actuando hasta conseguir su disolución incondicional". "Disolución es que lo anuncien, entreguen las armas y desmantelen sus estructuras. A partir de ese anuncio, el Estado tiene suficiente con Guardia Civil y Policía para verificar esa disolución. No necesitamos verificadores internacionales", ha indicado.
Mientras, ha agregado, "ni el Gobierno ni el Estado democrático están en tregua" y, por tanto, mientras no se disuelva ETA, la Guardia Civil, la Policía, los tribunales y el Estado de Derecho "van a seguir actuando hasta conseguir su disolución incondicional".
"Que lo anuncien, que entreguen las armas y que desmantelen sus diezmadas estructuras", ha apuntado el ministro, quien ha añadido que a partir de ese momento la Guardia Civil y la Policía Nacional tienen capacidad suficiente para verificarlo, por lo que, a su juicio, no son necesarios los verificadores internacionales o los grupos de contacto.
Por ello, ha indicado, a los presos de ETA, como a todo tipo de presos, "les queda el cumplimiento de sus condenas en el marco de la ley y les queda por supuesto la posibilidad de la reinserción", y con ese objetivo ha elaborado el Ministerio de Interior el programa de reinserción individualizada.
Posteriormente, en conferencia de prensa, al ser preguntado sobre los "presos políticos", el ministro ha aseverado que ni en España ni en ningún país de la Unión Europea hay este tipo de reclusos y a su juicio tampoco hay "presos vascos", una expresión que ha calificado como "un insulto al pueblo vasco", porque "los presos no están presos por ser vascos, sino porque han cometido un delito".